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"Ni cogeré las flores, ni temeré las fieras” Juan de Yepes

Anorexia, algo mucho más siniestro de lo que parece

Un artículo de mi amiga Pilar Baselga, muy recomendable:

Anorexia, algo mucho más

siniestro de lo que parece

 

Hace tres años, escribí una reflexión sobre el tema de la anorexia, viendo en mis clases un gran número de jóvenes que padecían esta distorsión en la percepción de la autoimagen, porque no me gusta llamarla enfermedad. 

Ahora, y a la luz de todo lo investigado desde entonces, entiendo que la anorexia no es una fatalidad,  una moda o una manía más de los tiempos posmodernos sino que forma parte de la agenda: llevar a la juventud a la esterilidad y la autodestrucción. Pues si las modas han podido ser muy dañinas (como el corsé o los pies de loto) hasta donde yo sé, son muy escasas las modas suicidas. Porque entiendo que los kamikazes o el sepukku  (hara kiri) no son modas, sino rituales.

El siguiente artículo vuelve a retomar la estructura del anterior pero con cambios sustanciales. Espero que la información sea constructiva y pueda ayudar a las personas que están atrapadas en este círculo infernal del ego.


Historia y mitos

Dicen que la primera anoréxica fue Santa Catalina de Siena, porque ayunaba días y días. Pero confundir ayuno con anorexia es un error, pues el místico que ayuna no busca un aspecto exterior y aún menos una aprobación externa a su físico. El ayuno ha sido y sigue siendo un medio que tiene el hombre para entrar en estados modificados de conciencia. Estar delgado será pues un medio no un fin. Santa Catalina de Siena no era anoréxica sino mística, porque el ayuno es un camino hacia la iluminación, ayuda  a la meditación profunda y al paso a otra dimensión.

El místico que ayuna está buscando algo en su interior. Y con tanta intensidad que los demás no entran en consideración, directamente los demás no existen. En cambio la persona anoréxica está obsesionada con su imagen, con el afuera, con lo que ven, con lo que piensan los demás.  Pero esta confusión entre ayuno y anorexia es interesante porque pone en evidencia que existe una relación entre el no comer y el deseo de trascender lo físico.

Todos queremos, de una manera u otra, gustar y ser queridos. Pero el caso de la anorexia constituye un extremo del miedo a no gustar, un miedo que en este punto se ha convertido en una trampa mortal. La persona anoréxica ha perdido todo control sobre su existencia, está vendida a la opinión ajena,  vive esclavizada a la mirada externa, ya no controla su vida, depende de los demás para ser, para vivir. Y está dispuesta a gustar desapareciendo. Es un tipo extremo de esclavitud consentida. Estar dispuesto a morir con tal de gustar, y para ello se adopta el look Auschwitz,  la estética del exterminio -en este caso auto-exterminio-. Al estar obsesionada con la valoración externa,  el espejo se convierte en compañero de viaje, en compañero letal.

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