CONTRA LOS CRÍMENES MACHISTAS
Y LA GUERRA DE SEXOS.
“Nos dejamos llevar por manos ajenas como muñecos de trapo”
Horacio
Hay crímenes horribles, mujeres que mueren de forma
espantosa después de una vida de humillaciones, de palizas y de miedo. Hay
mujeres que mueren porque un hombre desea verlas sometidas hasta un punto
imposible si están vivas. Esa es violencia machista.
Las estadísticas oficiales consideran que todas las mujeres
que mueren a manos de hombre (que sea o haya sido pareja de la mujer) mueren de
violencia machista. Pero no todos los crímenes tienen ese origen, la violencia
entre dos seres humanos (sean del mismo o de distinto sexo) proviene de
múltiples fuentes, hay asesinatos fundados en el supremacismo masculino, sí, y
otros que nacen de relaciones basadas en el desarraigo, trufadas por las drogas
o el alcohol, atravesadas por la enajenación mental. Y hay agresiones y
asesinatos que resultan de la exacerbación del conflicto en las relaciones
afectivas, de una intimidad patológica hecha de dependencias, frustraciones y
resentimientos, es evidente que tal cosa existe y que no es machista porque no
se produce únicamente de los hombres a las mujeres sino también al contrario,
de las mujeres hacia los hombres, y no solo entre parejas heterosexuales sino
que sucede también entre las parejas del mismo sexo. Esto es violencia, pero no
es machista. En cambio no se tipifican como crímenes machistas aquellos que se
producen fuera de las relaciones afectivas pero que en muchas ocasiones, como
en las violaciones, tienen su origen en el odio y la idea del imperialismo
masculino.