MACHOS:
ROMPIENDO EL PARADIGMA (II)
Se desea convencer a las mujeres de que ese limar y suavizar lo masculino que se produce en el presente es una ventaja para nosotras que nos veremos favorecidas por esa nueva masculinidad dulce y manejable. Mi percepción es que solo aquellas tan adoctrinadas que viven de la corrección política están contentas con los cambios acaecidos.
En
el imaginario sexual femenino lo macho se expresa en la virilidad salvaje y no
domesticada. Por eso recorriendo la exposición de dibujos eróticos de Alvar
Haro en Enclave de Libros observo que la mayor parte de las mujeres quedamos
hipnotizadas por los bosquejos que representan monos copulando con mujeres. Es
esa simbología del lado animal y agreste de la líbido masculina lo que nos
atrapa. “Testosterona pura”, afirma una de las observadoras.
Quienes
han estudiado las fantasías sexuales de las mujeres saben que el universo
mental femenino en el sexo es mucho más complejo, indómito y salvaje que el de
los hombres y contiene un altísimo porcentaje de escenas de forzamiento,
coacción o avasallamiento. Alguno dirá que eso forma parte de las imposiciones
patriarcales sobre nuestra psique pero esto no es tan claro ni tan simple. Quienes
así afirman deberían demostrar que no son perseguidores de la
libertad para imaginar y excitarse con las propias fantasías (que, por su
naturaleza puramente mental, son inofensivas) o simplemente policías y represores de la soberanía
individual en la vida erótica.