“El alma humana tiene necesidad de verdad y libertad de expresión” Simone Weil

"Ni cogeré las flores, ni temeré las fieras” Juan de Yepes

Crónica de un feminicidio (entrevista a Nerea)

Crónica de un feminicidio

Nerea me escribió hace ya casi un año, cuando descubrió mi blog y empezó a considerar que sus problemas personales eran menos personales de lo que ella había creído.

En numerosos correos compartió conmigo la historia de su vida como una necesidad de dejar constancia de su existencia material en este mundo y creo que tiene suficiente entidad y trascendencia  como para hacer esta entrevista.

Nerea tiene 34 años, una larga cabellera rubio ceniza y un rostro correcto, de una belleza tal vez fría, pero sobre todo triste, sus ojos claros miran al mundo con una mezcla de dolor y de miedo, parecería una pobre mujer de no ser porque su más de un metro setenta de estatura y la feminidad de sus formas la dotan de una energía y elegancia que equilibran su melancolía.

Nerea es una trabajadora no cualificada en una pequeña fábrica en un pueblo del norte, una mileurista más cuya existencia es rutinaria y repetitiva dentro y fuera del trabajo.

Su conflicto existencial representa el de millones de mujeres condenadas  y entregadas a vivir una vida que les destruye, obligadas y resignadas a renunciar a su deseos y necesidades más íntimos. Por ello, porque creo que su historia ayuda a comprender en primera persona un complejísimo problema social e histórico acometí esta entrevista.

No podemos entender el mundo sin penetrar su existencia singular y fenoménica, por eso pienso que las entrevistas proporcionan un material inestimable para conocer la realidad e intervenir en ella.

Entrevista a Nerea


¿Qué significa para ti ser mujer? ¿Cómo has construido tu esencia femenina?

Creo que ha sido un largo camino. Cuando era más joven pensaba que sentirse mujer estaba de más, que todos somos iguales, mujeres y hombres ¿qué más vueltas había que darle?

Testimonio

Testimonio

He recibido en el correo este testimonio de una mujer que me parece importante compartir. Aunque nos esforzamos por documentar los procesos sociales que estamos viviendo no cabe duda de que las estadísticas (fabricadas, por cierto, siempre por el Estado) no pueden medir los parámetros de una realidad que supera las cifras. Cuando se habla de procesos humanos, de la destrucción del sujeto hablamos nos referimos a vidas reales, dolor y destrucción reales, por eso el testimonio de esta amiga ayuda a comprender de qué es tamos hablando.


En 2008 fui diagnosticada de ambas patologías cuando acudí a la consulta de la seguridad social y me derrumbé ante mi médico, mujer de mediana edad aunque algo mayor que yo, a la que bastaron dos minutos para deducir de mis balbuceos entre lágrimas, que necesitaba un par de fármacos:  ansiolíticos y antidepresivos que tenía que combinar  cada 12 horas, hizo sin embargo algo que me ayudó mucho más, la posibilidad de apartarme durante meses de lo que de verdad me estaba dañando:  el trabajo. Por entonces yo había logrado llegar a un puesto de mando intermedio en una empresa no sin una larga lucha personal y un desgaste terrible. Pasaban los meses y las pastillas no arreglaban gran cosa, podía dormir aunque a deshoras, y lloraba menos pero cuando me planteó que debía darme el alta volvieron las lágrimas y el pánico ante la sola idea de tener que volver al tajo. Así que salí de la consulta angustiada, con ganas de pedir a gritos socorro. En mi entorno familiar sólo encontraba apoyo en mi madre, que al igual que yo vive sola. Con mis hermanos, 2 varones, no tenía más que una relación superficial, ellos tienen mujeres e hijos y andaban en sus historias.


Mi madre, mujer rural criada en la posguerra, que ni siquiera fue a la escuela, apenas sabe leer y escribir, simplemente hizo lo que las madres hacen darme su cariño y sus pucheros a mediodía, pero a mi madre, que siempre trabajó dentro y fuera de la casa, las complejidades de una mujer moderna, que tuvo un matrimonio de 10 años sin hijos y con una convivencia marcada por la guerra de sexos como la mía, se le escapaba.

Pisar el sufrimiento

Pisar el sufrimiento

"El que pisa su sufrimiento, se eleva"
Hölderlin

"Dolor pa crecer, nun pa estancame. Dolor pa llevar les idees a una forma de vida humana."

Así terminaba una carta una amiga asturiana, usando no solo el idioma de sus mayores sino también esa filosofía ancestral, que ya es pura arqueología y que, lejos de la academia y la palabrería vacía, comprende  la realidad de la condición humana en su esencia.

Quien no conoce el dolor no puede comprender el sufrimiento del otro ni el sufrimiento del mundo, está condenado a rodar sin sentido, a existir sin conciencia, a vivir esperando la muerte en un rincón.

La huida del dolor como huida de la vida

La huida del dolor
como huida de la vida.

"Vivir es luchar y la lucha siempre es dolorosa"
Félix Martí Ibañez



El uso de antidepresivos se ha disparado en toda Europa, prácticamente se ha doblado en el último decenio . En el Estado español el consumo de  estos fármacos  se ha incrementado en un 38% pero el de hipnóticos y sedantes lo ha hecho en un 66% y  este crecimiento es, además, exponencial.

La utilización de psicofármacos es especialmente aterradora entre las mujeres, al menos el 25% de la población femenina toma algún narcótico para aliviar el dolor de vivir.

No hay duda de que la vida se ha hecho cada vez más insoportable para un número creciente de personas y especialmente de mujeres. Según la Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Consumo, la depresión femenina pasó del 6,58%   al 20,49%  entre 2003 y 2006. Quiere decir esto que el número de enfermas psíquicas[1] se triplicó en solo tres años, años que son, además, los de las grandes campañas institucionales a favor de la mujer y la creación del primer Ministerio de Igualdad.

El Ministerio de Igualdad o el nuevo Santo Oficio

El Ministerio de Igualdad o el nuevo Santo Oficio
Ana Mato propone un índice de libros prohibidos



En una entrevista en televisión la ministra Ana Mato propone la retirada del polémico libro "Cásate y se sumisa", yo no he leído el texto de Constanza Miriano y tengo por norma no definirme sobre lo que no conozco pero en cualquier caso me repugna la tutela institucional que pretende librarnos de la tentación de ser sometidas negándonos el derecho a decidir qué leemos, robándonos la libertad de conciencia y liquidando la libertad de expresión.

Como co-autora de un libro también censurado y perseguido por las corrientes feminicidas vinculadas al Ministerio de Igualdad, tengo que levantar la voz alto y claro ¡No puede perseguirse la palabra! Debe haber libertad para hablar y para escribir , para debatir y para criticar, para aplaudir y para rechazar ideas.


Solo los fanáticos, los creyentes exaltados y sectarios en las religiones del Estado apuestan por prohibir antes que en argumentar pues no tienen argumentos ni razones solo fuerza bruta y modos policíacos.

Se define con mucha lucidez y contundencia mi amiga Tania Gálvez San José. Comparto plenamente sus reflexiones y las comparto con vosotros.



 (Texto de Tania Gálvez San José  aparecido en facebook)

Hay muchos libros que no me gustan, contenidos que me repugnan, libros que promueven lo peor del ser humano, libros que mienten, libros que buscan la sumisión. Sin embargo, nunca pediré la retirada, la prohibición o la quema de ninguno de ellos. Algunos incluso están en mis estanterías, como los libros de gangsters económicos que me gusta leer solamente por conocer al enemigo y su forma de pensar.


Las ideas se combaten con ideas. Y el mejor combate es la reflexión y la crítica acertada. Hoy hay muchas sumisiones de las que no se hablará mañana en los grandes medios: sumisión al jefe o la jefa, sumisión a la empresa, sumisión al gobierno, sumisión al fanatismo político, sumisión al poder y al dinero, sumisión a la autoridad médica, sumisión al profesor o profesora... Sin embargo, pocos libros lo defienden explícitamente, lo que es una verdadera hipocresía (menos los reglamentos disciplinarios de todas las instituciones).

Por ejemplo, cuando firmas un contrato de trabajo, estás firmando una sumisión y, lo peor de todo no es la explotación, es el dedicar (en la mayor parte de los casos), un tiempo valioso a tareas inútiles, superficiales, destructivas, que sirven a intereses de unos pocos mientras, además, te roban la creatividad y el pensamiento. ¿Quién se atreve a pedir el fin de la sumisión al trabajo asalariado y al poder? ¿Quién se atreve a ser insumiso en su puesto de trabajo cuando las tareas que se realizan en la empresa sirven para construir un mundo peor? ¿Quién se atreve a ser insumiso ante la propaganda, ante las órdenes injustas o las separaciones forzosas de los seres a los que amas, por ejemplo, de tus hijos al terminar el permiso de maternidad/paternidad?

Ahora se pide la retirada de un libro que hubiese pasado sin pena ni gloria sin la publicidad gratuita que se le ha hecho... y el poder político de todos los colores lo apoya, incluso lo exije. Se abre la veda a que se presione para que se retiren otros libros, otros que quizás nos gusten algo más... Ten cuidado con lo que deseas, quizás se convierta en realidad.

Un comentario a "Feminicidio o auto-construcción de la mujer"

Un comentario a "Feminicidio o
auto-construcción de la mujer"

Agradezco a Enrike Lopez este comentario porque un libro debe ser un organismo vivo que respira a través de cada lector o lectora y que va creciendo con nosotros.

2013-noviembre


Aupa María y Félix

Primero de todo, felicitaros por vuestro trabajo. Zorionak! (¡Que tengáis buenos augurios!) Ya quisieran muchas universidades de Humanidades ser capaces de publicar un trabajo de similar profundidad y valentía, aunque sólo fuera uno. Pero vivimos en una época en la que muchos interesados se burlan cada vez que alguna persona se atreve a mencionar la palabra verdad.

Personalmente y por mi propia vida y decisiones, me ha gustado ver que, por fin, alguien escriba con claridad acerca de los que con todo acierto llamáis profesores y profesoras funcionarios del Estado, los cuales por cierto siempre se apuntan a dirigir, orientar y, por último, que es de lo que se trata, echar a perder cualquier movimiento, impulso o decisión que surja de la sociedad o de la iniciativa popular.

No sólo coincidimos en esto, es decir, en la necesidad de hacer frente al funcionariado, la cual ha sido de alguna manera la decisión que más consecuencias ha tenido para mi vida, sino que de repente me he encontrado en vuestro trabajo con reflexiones e intuiciones que hace tiempo ya había compartido con amigas y amigos. Entre otras, la defensa de la sociedad comunitaria que tan fuerte ha sido en el País Vasco y en todo el reino de Navarra, incluidas Rioja, Norte de Burgos y Aragón y de la que hoy quedan unos rescoldos, que en la medida de lo posible, y de lo imposible, intentamos revivir. De hecho, José, un amigo del 15-M y del grupo de hombres de Santurtzi, me avisó de que vosotros habíais defendido públicamente las mismas ideas que habíamos apuntado en una charla en Santurtzi organizada por el 15-M de esta localidad la primavera del 2011 el compañero Antton Mendizabal y yo (“Alternativas al capitalismo desde Euskal Herria”).

Además, yendo más a lo personal, he manifestado en privado a amigas y amigos mi disgusto y desolación por observar una sociedad en la que todo el mundo anda divorciándose, separándose, con hijos viviendo situaciones esquizofrénicas, donde hombres solitarios vagan por las calles al haberse visto de la noche a la mañana sin casa, sin apenas relación con sus hijos e hipotecados para toda la vida, donde veo a tantas mujeres incapaces de ser felices con nada, precisamente, como los nuevos ricos, pues ambos han recibido el mensaje destructivo para cualquier persona de que tienen derecho a todo y que incluso tienen más derechos que los demás, es decir, que sus semejantes, en realidad sin haber vivido una vida de esfuerzos, sino que su vida ha sido más bien la del apogeo de la sociedad de consumo y de la glorificación de los grandes centros comerciales.

Me atrevo a decir que si el Pueblo que desde que el mundo es mundo ha hablado en euskera y hoy todavía lo habla en parte, los vascos, los navarros, han sobrevivido a muchos ataques destinados a destruir su identidad es, en este momento, cuando la nueva ideología feminista está socavando nuestra identidad como pueblo, dividiendo por primera vez en su historia con claridad los hombres de las mujeres y las mujeres de los hombres. No creo que sea el golpe de gracia, pero la confianza en el futuro no puede hacernos dejar a un lado este aspecto fundamental que atraviesa muchos aspectos de nuestras vidas. Hace poco lo habían intentado otro tipo de ideologías progresistas de corte izquierdista, pero a estas alturas ya habían fracasado.

Sin embargo, nuestro pueblo ha visto pasar por nuestra misma tierra o muy de cerca de ella muchos imperios que ya no existen y Euskal Herria sigue existiendo. Capitalismo, imperios, ideologías, partidos y constituciones pasarán, pero nuestro pequeño país perdurará. Y, para los vascos, esto es lo que cuenta en la historia y en la política, y así lo aprenden desde pequeños, generalmente en las casas, en las familias y en nuestros pueblos o caseríos.

Es una historia que cualquiera puede entender y aprender: es una historia que habla de ganar pocas veces, perder muchas y, se gane o se pierda, siempre resistir.

Voy a señalaros a continuación los pasajes de vuestro libro que más me han emocionado por su claridad y profunda verdad:
- La denuncia del victimismo en las páginas 32-22, con las notas sobre el mismo tema.
- La declaración de vuestras ideas fundamentales en las páginas 112, 113 y 114.
- Todo el capítulo de “La modernidad misógina”, que analiza la vida que ha vivido nuestra generación. En verdad me ha llegado. Incluso dentro de éste, destacaría el apartado de las beatas de la página 323 a 327, mucho más que por ser historia pasada, por su descripción de comportamientos humanos que están y van a estar aún más plenamente vigentes entre nosotros.
- No puedo olvidar las perlas que vais soltando a lo largo del libro con los testimonios concretos y vividos de mujeres luchadoras y del pueblo. Seguro que algunas frases me han emocionado tanto como a vosotros. Lo mismo puedo decir de las luchas que recogéis de algunos pueblos.

Sin embargo, poco aprendemos de los elogios y, seguramente, podemos aprender más de las derrotas y de que alguien nos diga qué es lo que no le ha gustado. Os confieso que antes de leer vuestra declaración de ideas de la página 112 en adelante, aparqué unos cuantos días el libro desolado por las terribles críticas que lanzabais en las páginas y notas anteriores contra los que seguimos el fútbol, los que admiramos algunas luchas de las comunidades islámicas y los que adoptamos algunas tribus indígenas como expresión de la resistencia de la vida comunitaria frente a los Estados modernos. En efecto, sigo el fútbol, pero no me importa como deporte, sino como religión (para mí, no hay nada de malo en ser religioso, pero sí, y mucho, en las religiones oficiales estructuradas). Daros cuenta de que en Bizkaia, donde al menos en cinco ocasiones en los últimos 200 años, hemos tenido que resistir y levantarnos en armas, el Athletic de Bilbao ha sido a veces la expresión del inconsciente colectivo. Realmente creo que la mayoría de las críticas que podéis lanzar contra el Athletic son dignas de ser oídas y aceptadas, y seguro que la mayoría son hechos incontestables, pero para muchos de nosotros el Athletic es algo más y creo que ese aspecto se os escapa. En el mundo musulmán, he admirado algunas de sus luchas, pero, no por la religión concreta en la que se encarnaban, pues también me he identificado totalmente con los independentistas cristianos de Timor Oriental contra la ocupación musulmana indonesia. Para mí, algunos grupos y luchas del mundo islámico siempre fueron una referencia, pues en sus luchas he visto la resistencia de una sociedad comunitaria que trataba de resistir a la modernidad capitalista y de los modernos imperios. Lo mismo, si no más, puedo deciros de muchas comunidades indígenas.

María y Félix, para que me entendáis he de explicaros por qué hace tiempo que no leía prácticamente nada del mundo anarquista. No porque estuviese mal escrito, pues generalmente suele estar correctamente escrito. A veces, diría yo, demasiado bien escrito. Cuando algo está tan bien escrito, ¿dónde está la metáfora?, ¿dónde está la ruptura?, ¿dónde está el salto hacia lo nuevo?

Además, nadie como el anarquismo ha hecho una crítica tan justa a la modernidad y en lo esencial está muy bien hecha. Pero lo cierto es que sus análisis te empujan al pesimismo y la desesperación y no tanto a la lucha. Destruye la subjetividad, más que la refuerza. Una chavala de la Kelo de Santurtzi de orientación anarkista expresaba desolada esta conclusión: “Tenemos razón en lo que decimos. Además, lo que está sucediendo nos da la razón, pero no somos capaces de llegar a nadie ni de atraer a nadie.” En efecto, mucha razón, pero esta cruda, crudísima crítica a la modernidad, descuida los aspectos emocionales o de inteligencia emocional. Una crítica cruda, una vez enunciada por primera vez, no lleva a nada simplemente porque la repitamos una y mil veces y, por ello, tal vez tengamos que meternos en la cocina para guisarla.

Sin embargo, suelo leer con interés todo lo que me llega relativo a Winston Churchill. También he seguido con atención el proceso de Venezuela y el liderazgo de Hugo Chávez. No me identifico especialmente con sus políticas, la verdad. Sin embargo, en estas dos vidas encuentro algo que no encuentro en las izquierdas, tampoco en los anarquistas y muy poco en el 15-M, y es el optimismo vital del que estos dos personajes controvertidos hicieron gala y, lo que es más importante para nosotros, ellos tuvieron la suficiente inteligencia emocional para transmitirlo y arrastrar a los demás. El independentismo vasco, en sus buenos momentos históricos y en sus mejores expresiones, ha conseguido despertar las emociones más íntimas y llegar al subconsciente, provocando rebeliones difíciles de explicar desde las cátedras, pero totalmente explicables, si se va a la raíz, al inconsciente, a los sentimientos. De ahí, sin duda, todos los éxitos que ha podido tener.

Si queremos desarrollar una estrategia para contestar al horror que vivimos y definir nuestros proyectos, para mí, es necesario trabajar, esforzarnos y desnudarnos en este aspecto de la inteligencia emocional. Es el impulso que lanza a la calle, a la lucha, a las mujeres y hombres del pueblo. Pero, muchas veces, no lo hemos hecho bien, no. Sin embargo, la historia nos muestra que unos pocos lo han conseguido en coyunturas históricas concretas. Es decir, lo que otras personas pudieron hacer, nosotras y nosotros como semejantes a ellas también podemos hacerlo.

Personalmente, creo que, muchas veces, he sido capaz de resistir en largos procesos de lucha, más de una vez en soledad, porque en el fondo, una parte de mí, a lo mejor no lo suficientemente grande, era insobornablemente optimista, quijotesca,… Por suerte, he sido capaz de tomar decisiones difíciles con la lógica de un niño, de un ingenuo, de un Sócrates, en dos palabras, con optimismo vital. Sin embargo, no he sido capaz de dar un salto y tener éxito entre la gente, porque no he sido capaz de conectar emocionalmente. Tal vez, otros lo logren en el futuro. Yo estaría encantado, pues he observado que aún me es fácil entusiasmarme con los logros de los demás. Os aseguro que esto último no es muy habitual entre nosotros. Necesitamos un paso adelante en este aspecto concreto del optimismo vital, pues la crítica cruda da una imagen de pesimismo y profundiza el agobio.

Amigos María y Félix, así y todo, creo que en vuestro libro hay un esfuerzo genuino por acercarse a la verdad y, por lo tanto, superáis en lo fundamental la crítica cruda y dura. Os confieso que he aprendido mucho y habéis llegado con esfuerzo más lejos que yo en vuestras meditaciones. Para terminar, recordad que en el Quijote es el bizkaino el que se toma más en serio a nuestro caballero. Es uno de los pocos, sino el único. Creo que fue Oteiza el que dijo que cuando uno tiene auténtico espíritu de vasco se identifica totalmente con este caballero de talla universal. Precisamente, eso es lo que he hecho con vuestro libro, tomarlo en la máxima consideración por el valor que habéis tenido de hacer públicas verdades que tienen un carácter universal.

Os añado al final de este escrito una fe de las erratas que he encontrado, sin buscarlas especialmente, en el libro.

Voy a seguir dándole vueltas al tema de qué hacer en el plano más práctico para difundir vuestras aportaciones.

Laster arte, hasta pronto. Besarkada, un abrazo.

Enrike Lopez









Audio: "La feminidad orgullosa de nuestras abuelas. Recuperando la historia de las mujeres en el Mundo Rural"




Charla impartida en la Jornadas del BAH de Valladolid, el 9 de noviembre de 2013.
Sobre la condición femenina en el mundo rural tradicional, incorporando elementos para una historia de las mujeres del pueblo y aportando una reflexión sobre lo que nos enseña la experiencia de nuestra ancestras a las que debemos, por muchos de sus actos, respeto y admiración. También se trata sobre sus errores y desaciertos históricos, de los que también tenemos que aprender. El objeto último es comprender y penetrar en nuestro pasado para auto-construirnos desde la conciencia y el esfuerzo creador.

Imágenes de otro mundo

Imágenes de otro mundo






Imágenes del libro “El Sur, la mirada de los antiguos”, Vicky Delgado, 2004, que entrevista y fotografía a mujeres ancianas, y también a varones, que han vivido en el mundo rural popular tradicional del sur de la isla de Tenerife, en Canarias. Lo primero que destaca en este cautivador libro es el cariño y amor que se tenían entonces las mujeres y los varones, lo que es muy contrario a la situación actual, en que están forzados por el Estado y sus agentes a no entenderse, sentirse extraños y ajenos entre sí y, más aún, aborrecerse y odiarse, cuando no agredirse, herirse y matarse. Una de las imágenes nos ofrece a dos ancianos, Ibiza A. Hernández y José V. Gómez, los dos dedicados desde su adolescencia a las labores de panadería, unidos en un gesto de afecto mutuo, que sugiere una larga vida de cariño y servicio de él a ella y ella a él. Lo mismo hacen Ofelia Domínguez y Antonio González, salineros, cuya fotografía es un cántico al amor entre las mujeres y los varones,lo que también puede decirse de la representación gráfica de José Trujillo y Josefina Cabrera, ambos consagrados al ganado caprino, por lo que se hacen fotografiar con un chivito entre los brazos de ella. Ello, en una sociedad como la actual, en donde el amor está proscrito, adquiere un carácter decididamente subversivo.
Todos los rostros, los de ellas y los de ellos, manifiestan dignidad, serenidad, auto-respeto, energía interior, inteligencia analítica y resolutiva, fuerza de voluntad, afecto hacia sus semejantes, orgullo de ser, sabiduría madura y profundísima, sin servilismo, temor, estupidez, codicia, neo-ignorancia ni odio. Son rostros de seres humanos, y quizá el más impresionante sea el de Ángela F. Alayón, artesana y agricultora. Hoy ya apenas pueden encontrarse esas manifestaciones anímicas dado que, reducidos a meros subhumanos, las caras reflejan el vacío, la nada y el horror que quedan tras la extinción de lo humano.
Muchos de los testimonios del libro, tanto de mujeres como de varones, inciden en cuestiones medioambientales, señalando que antaño llovía más,  que la tierra estaba más verde, la alimentación era más saludable, el mar mucho más lleno de vida (“el pescado era más gustoso” antaño, apunta Rosario Domínguez, pescadora) y las gentes más sanas (“no había enfermedades, ¿qué enfermedades había? No había nada”, informa María J. Delgado, pescadora), lo que indica la pavorosa degradación que ha conocido Tenerife, y todo Canarias, en este aspecto, en sólo medio siglo. Manuel Fumero, cabrero, coincide con Ana y Emilia Vallejera Martín, a pesar de la distancia, en que la fiesta popular se ha desplomado, con lo muchísimo que ello lleva aparejado y significa. Apunta, respecto a las gentes de hoy  que “ya no saben bailar, y ya no saben cantar... hoy en los carnavales se gasta mucho dinero, y antes no”. El dinero, ese gran mal, nos está ahogando.
Más tajante es María Fumero, ventera y agricultora, que expone, “Antes la tierra sobraba, teníamos tierra que sembrar. Mucha gente tenía piedras de molino, mi madre tenía porque a veces teníamos que moler. Eran otros tiempos, comías comida natural y el mundo era natural. El ambiente del mundo era natural, era de otra manera. Ahora no hay sino enfermedad; a uno le duele la cabeza, a otros las canillas, todo el mundo está mareado”.
Se ha de observar que todas las mujeres entrevistadas (menos una que se declara ama de casa) aparecen como practicantes de un oficio (a veces de dos), igual que los varones, y ninguna habla de las tareas caseras y maternales, ni de los hijos y el marido. Se refieren a sus trabajos y experiencias de la vida, a observaciones sobre la destrucción de la naturaleza, desde la tierra hasta el mar, a la salud. Su mundo no está limitado por la ideología de la domesticidad, que entre ellas no existe. Por supuesto, no hay la más mínima referencia a que padecieran marginación o exclusión por ser mujeres, mucho menos violencia. Hablan de los varones como de sus queridos y respetados compañeros, con los que comparten lo bueno y lo malo de la vida en pie de igualdad pero sin ellas dejar de ser mujeres y ellos de ser hombres. Es a destacar que en su mundo ni siquiera la división del trabajo por géneros estaba demasiado marcada, pues muchos oficios eran intersexuales. Sólo pone una nota discordante, en un par de testimonios, el desarrollo del capitalismo en la isla, que hace que en algunos casos se hable de trabajos muy duros, inhumanos, y mal remunerados realizados en el pasado por hombres, pero eso anuncia la destrucción del mundo rural popular tradicional por fuerzas ajenas a él.

(Fragmento de "Feminicidio o auto-construcción de la mujer")

El tabú de la muerte en una sociedad que agoniza

El tabú de la muerte

en una sociedad que agoniza

El deplorable circo de Halloween nos recuerda un año más la triste condición de nuestra sociedad. Con la ayuda inestimable de los maestros, los medios, la industria del espectáculo y la hostelería, han conseguido imponer el constructo de la industria norteamericana de la diversión y abrir una brecha entre los jóvenes y la cultura de sus ancestros.

Quienes andan gritando en las calles a favor de una "educación pública de calidad" son los mismos que adoctrinan a nuestros hijos para olvidar sus raíces, escupir sobre sus muertos y sumarse al espectáculo zafio, feo y grosero, la apoteosis de la incultura y la aculturación que es Halloween.

Yo volveré mañana a mi tierra, iré al cementerio con mis hijas a visitar la tumba de mi padre y mis abuelos. Hablaremos de los muertos para no olvidar, para traerlos por un momento a nuestro mismo espacio y nuestro tiempo y hablaremos de la muerte, de su objetividad que planea sobre nuestra existencia material todos los días de nuestra vida.

En el pasado los muertos y los vivos compartían el mismo espacio, no se moría del todo porque se seguía viviendo a través del recuerdo, del rastro material y espiritual que cada ser dejaba en su entorno y que era conservado con amor, cada ser hundía sus raíces en esa forma panteísta del vivir la comunidad. La muerte estaba presente y la vida cobraba un sentido profundo y trascendente precisamente por su fragilidad, por su fugacidad.

Se vivía desde la infancia con la consciencia de la muerte, con la capacidad para asumir la condición de mortal, con la facultad de sentir y dolerse de la desaparición de los seres queridos, y se entendía el tiempo, el valor del tiempo que es la vida, la intensidad que se ha de dar al lapso que nos corresponde, el valor de las obras que dejamos en el corto plazo de la existencia.

Solo hoy se muere para siempre, se borra el rastro de los que se van, se les olvida para no sufrir y se destruye todo aquello que no tenga un valor crematístico. Hoy se muere completa, absolutamente. Ni siquiera quienes van a ese último trance de la vida van humanamente conscientes de sí, se les carga de drogas para eliminar el dolor y la lucidez, ni siquiera ellos son dueños de su muerte.

El Estado del Bienestar ha decretado la muerte de la muerte y ya solo existe como espectáculo desvergonzado y chocarrero de calabazas, disfraces fabricados en China y sangre de garrafón. Ya no existe la Muerte con mayúsculas, afligida y doliente pero poderosa y heroica muchas veces. Tanto se ha frivolizado que ni la muerte tiene ya sentido.

En la cabecera del  lecho de muerte de mi padre, unas horas antes de que expirara, mientas acompañaba su último aliento y, con la conciencia lúcida de la inevitabilidad del deceso, celebraba ese épico aferrarse a la vida como lo hacía la gente del pasado, luchadores y combativos hasta su último aliento y comencé a escribir este soneto que grabamos luego en su tumba. Habla de su biografía, que fue la de una generación consciente de su desarraigo vital, de su incapacidad para adaptarse a la vida en la ciudad y del dolor y la rabia que le produjo una sordera prematura que le aislaba del mundo y que jamás aceptó.


Has de volver al huerto, y su frescura
dará sosiego a tu alma herida
dejar, al fin, el duelo de la vida
buscar reposo allí, en la sepultura.

Descansa en paz, del campo en la espesura;
el silencio que envuelve tu morada
no será más la negra y seca  nada,
olvida ya la ciudad y su locura.

Vuelve a la tierra de tus años mozos
y descansa a la sombra de un olivo,
recordando las penas y los gozos.

Si la vida fue cárcel y tu cautivo,
déjala  que escape hecha mil trozos,
mira, que el silencio ya es amigo.

Jornadas agroecológicas BAH de Valladolid

Jornadas agroecológicas BAH de Valladolid

Sábado 9 y domingo 10 de noviembre, en KSA-VALLADOLID, Ctra. Arcos Reales s/n  (frente a FASA RENAULT)

Habrá labores colectivas en la huerta, charlas, talleres, música... y más
Yo intervendré el sábado día 9 de noviembre a las 11,30 h. con la charla: "La feminidad orgullosa de nuestras abuelas. Recuperando la historia de las mujeres en el Mundo Rural"


Elegía de un mundo sin canciones

Elegía de un mundo sin canciones











ENTRE CANTARES NACÍ

Entre cantares nací
y entre cantares viviré,
entre canciones alejo las penas
y escapo de ellas,
con cánticos las he vencido,
con cantares las he olvidado.
Los que son como yo
tienen que morir entre canciones

Entre cantares he pasado
los días y las noches,
entre canciones he trabajado;
entre cantares
nos reunimos amigos y vecinos
Son las canciones
las que han labrado mi fama.
Que entre cánticos
me reciba Dios

Que entre canciones
me entierren cuando muera,
que entre cantos
lleven mis restos mis amigos
y me entreguen a la tierra.
Muchos cantares
dejaré en el mundo,
para  que tengáis canciones
y os acordéis de mí.

   


Popular Vasca.



"¿Y cómo vas a recoger el trigo
y a alimentar el fuego
si yo me llevo la canción?"
León Felipe




KANTUZ SORTU NAIZ ETA

Kantuz sortu naiz eta kantuz nahi bizi,
Kantuz igortzen ditut, nik penak ihesi,
Kantuz izan dudanean zerbait irabazi,
Kantuz gostura ditut guziak iretsi,
Kantuz, ni bezalakoak, hiltzea du merezi.

Kantuz pasatu ditut gau eta egunak
Kantuz izan dirade ardura ene lanak,
Kantuz biltzen nintuen aldeko lagunak,
Kantuz eman daitate obra gabe famak,
Kantuz hartuko ahal nau, gure Jeinko-Jaunak.

Kantuz eman izan tut, zenbeiten berriak,
Kantuz gustatu izan zait erraitea egiak,
Kantuz eman baditut ainitzi afruntuiak,
Kantuz barka ditzaten ene bekatuiak,
Kantuz egiten ditut nik penitentziak.

Kantuz eginez geroz, mundura sortzia,
Kantuz e'in beharko dut ene ustez hiltzia,
Kantuz emaiten badaut Jeinkoak grazia,
Kantuz idokiko daut San Pedrok atia,
Kantuz egin dezadan, zeruan sartzia.

Kantuz ehortz nezaten, hiltzen naizenian,
Kantuz ene lagunek harturik airian,
Kantuz ariko dira ni lurrean sartzian,
Kantu frango utziko diotet munduian,
Kantu egin dezaten nitaz oroitzian



 Erramun Martikorena canta "Kantuz sartu naiz eta"

Este anónimo vasco nos muestra de una forma muy transparente la función de la lírica en el mundo tradicional. El cantar es allí una forma de ser y estar en el mundo, se canta porque se vive, la vida es cantada, se canta el trabajo, se canta el amor, se canta la muerte, se canta el paisaje y el paisanaje, se nace en la canción y la infancia es un vivir en la palabra y en el ritmo, en el cantar y en el contar.

Hoy habitamos un mundo sin poesía y sin canciones ¿qué función tiene en nuestra sociedad la lírica? Es una experiencia de excepción que se sitúa en un gueto, condenada a la marginalidad de los pocos que la escriben y los más pocos que la leen y la ínfima minoría que la dice, la canta o la recita. Si entrásemos en la tienda o en el banco y los empleados canturrearan mientras trabajan ¿qué pensaríamos? Pero no sucederá tal cosa, el trabajo asalariado no casa con la canción como no casa con la alegría, si antaño se iba a la labor cantando hoy vamos a trabajar llorando porque hoy el trabajo no es una necesidad vital sino una condena.


La canción, el poema, ya no nos acompañan. Ni siquiera en las edades jóvenes tiene ya un lugar el canto, los encontraréis con los cascos puestos, aislados de sus cercanos, escuchando lo último que vende la gran industria del espectáculo, porque hoy la música es algo que está fuera y no dentro, algo que se compra, no algo que se tiene.

En el mundo tradicional la poesía formaba parte de la vida cotidiana, todos los hitos vitales eran poetizados, eran cantados, las nanas, los mayos, las canciones de trilla, de espadar el lino, el ciclo festivo… Y la música seguía el ritmo de la tarea en las canciones de trabajo, o la cadencia del sueño y de los ritmos orgánicos en las nanas, o la vibración del baile en las canciones festivas, o el acento del eros en las del amor... porque la vida tradicional tenía ritmo, un compás que cambia y que siempre acompaña una existencia que  integra el trabajo y la fiesta, la intimidad y lo colectivo, lo familiar y lo comunitario, por eso dice Menéndez Pidal que el Romancero se manifestaba en actos de recitación y canto que tenían lugar en las noches de invierno en la reunión de la familia y de los vecinos.

De este estudioso es también el precioso concepto de "autor-legión" para expresar esa abundancia de lo creativo que hace que del "Romance de Gerineldo" conozcamos más de quinientas versiones, interpretaciones de la misma historia en distintos espacios, distintos tiempos y distintas idiosincrasias, fórmulas que avivan lo singular a la vez que alimentan la permanencia creando un cordón umbilical entre lugares, individuos y generaciones.

Filandón, obra de Luis álvarez Catalá , 1872

Hoy la música es un producto más de consumo y la poesía una labor de la extrema marginalidad, no forman parte de lo cotidiano, de la vida corriente. Es lógico, todas las estructuras que sostenían esa cultura, esa forma de engarzar las necesidades vitales físicas, estéticas, espirituales, afectivas, morales y convivenciales, han desaparecido. No existe ese sujeto multifacético que es poeta, cantor, rapsoda y músico, que fabrica sus propios instrumentos pero que además es ganadera, agricultor, tejedora, educador, filósofa, médico y psicólogo. No. Nosotros somos seres mutilados y nuestra vida no tiene poesía, no hay lírica en ella ni hay épica, no tiene sublimidad ni armonía. Nuestra vida es, decidamente, fea y prosaica.

Se podría pensar que estas pérdidas lo son de aspectos ornamentales  o decorativos de la vida pero que no afectan a lo fundamental. No es cierto. La asociación entre las necesidades vitales, orgánicas, de los seres humanos y las necesidades espirituales (la virtud y la excelencia del sujeto, la estética de los objetos, las personas, las relaciones y las instituciones, la calidad de comunidad en tanto que tal, el lenguaje y la ética) son el fundamento de la vida plenamente humana.

De entre todas las pérdidas asociadas a la muerte de la lírica la más penosa es la agonía de la oralidad, del lenguaje, somos "multitudes mudas", seres silenciosos unas veces o estridentes y lenguaraces otras, con voz, pero sin expresión o habla humana. En el mundo tradicional la palabra tenía un valor no solo funcional sino estético y convivencial, era un instrumento muy apreciado que se cuidaba como la mayor fortuna, que se regalaba como un tesoro. Hoy se tienen varios idiomas pero no hay voces para expresar el pensamiento propio, las emociones singulares, la vida individual, los afectos auténticos y los impulsos naturales.  

La desaparición de la poesía enraizada en la vida es una gran tragedia, no solo porque la vida se hace fea  sino porque nos arrebata una parte de nuestra humanidad, cuando el lenguaje se hace puramente instrumental y pierde su función estética, pensante, introspectiva,  afectiva y creadora, cuando se desconecta del mundo real y de las vivencias auténticas, hemos bajado un peldaño hacia el desastre de la civilización y hemos hemos dado un nuevo paso hacia nuestra conversión en seres-nada.

La poesía y la alienación humana

Comparto este artículo de mi amiga Teresa Domingo Catalá, poeta y dramaturga. si es verdad que, como decía Simone Weil, el pueblo está más necesitado de poesía que de pan, vivimos hoy en la mayor de las penurias pues la lírica está siendo acosada y marginada como toda la vida espiritual y estética, como todo lo excelente y lo sublime.
Por eso agradezco mucho a las personas como Teresa que trabajan duro para satisfacer nuestra hambre de poesía. También a los que nos ofrecen otros alimentos como José Manuel Pineda, el autor de las fotos que lo ilustran, auténtica lírica visual.


LA POESÍA 
Y LA ALIENACIÓN HUMANA


¿Cómo definiríamos la poesía? ¿Qué palabras nos vienen a la mente para definirla? ¿Qué dota a un texto de lo poético? ¿Y por qué un texto es poético y otro no lo es, aunque los dos estén en verso o los dos estén en poesía en prosa? ¿Quién de nosotr@s se atrevería a definir la poesía?

Si consultamos el DRAE el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española - nos encontramos con la siguiente definición:

1. f. Manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa.
2. f. Cada uno de los géneros en que se dividen las obras literarias. Poesía épica, lírica, dramática.
3. f. por antonom. poesía lírica.
4. f. Poema, composición en verso.
5. f. Poema lírico en verso.
6. f. Idealidad, lirismo, cualidad que suscita un sentimiento hondo de belleza, manifiesta o no por medio del lenguaje.
7. f. Arte de componer obras poéticas en verso o en prosa.

Nos encontramos con varias palabras clave: belleza, sentimiento estético, lirismo, idealidad.  Si buscamos lírico o lírica en el DRAE nos encontramos con ocho definiciones. Dos de ellas dicen lo siguiente:

ñQue promueve una honda compenetración con los sentimientos manifestados por el poeta.
ñ Género literario al cual pertenecen las obras, normalmente en verso, que expresan sentimientos del autor y se proponen suscitar en el oyente o lector sentimientos análogos.

Así en la definición de poesía nos encontramos con que las palabras clave son: búsqueda de belleza, de idealidad, de sentimiento estético y de sentimientos personales que buscan trasladar al lector o lectora emociones estéticas o sentimientos particulares.

A lo largo de la historia de la literatura y en concreto de la poesía ha habido muy diferentes maneras de desarrollar estas características. De los florilegios del Barroco a la irracionalidad del Romanticismo hasta llegar a la poesía contemporánea ha llovido mucho y es natural que el género se renueve y adopte nuevas formas y perspectivas. Es absurdo escribir un poema como si  el  o la poeta todavía viviera en el Renacimiento y fuera contemporáne@ de Petrarca. Cada nueva época trae un nuevo modo de arte y eso es benéfico y necesario para enriquecer el acerbo común.

En la actualidad, afortunadamente, hay excelentes poetas tanto hombres como mujeres aunque no nombraré a ningun@ porque es imposible citarlos a todos y a todas, y no quiero omitir a nadie por descuido o por ignorancia. 
Pero ha surgido o está surgiendo una corriente poética que me llama la atención. Leyendo sus postulados me doy cuenta de que es una poesía hija de nuestro tiempo pero no como reacción a la deshumanización y a la alienación humanas sino precisamente todo lo contrario: esta corriente, que se llama Intrapoesía, utiliza esa alienación y esa deshumanización para crear una nueva forma de escribir poesía.

Si el lirismo es precisamente escribir sobre sentimientos y emociones la Intrapoesía se basa en escribir con una estructura lógica, sin sentir personal. Es un análisis, una exploración de ritmos y conceptos. Si hay un deseo en esta corriente es el deseo de ser otro, y el deseo concebido como una consecución inmediata de lo que se desea o como ellos dicen, el deseo convertido en hecho. La base es salir de nosotros, la imaginación debe ser racional: la metáfora es transformar un dato o un comentario en imagen. Entrar en un proceso de objetividad, o sea, despersonalizarse. Una poesía impersonal que palpita solamente en las vidas ajenas.

Si analizamos la sociedad contemporánea vemos en nuestra manera de vivir una creciente alienación  del ser humano, una objetivación de las personas, concebidas como objetos, como cosas, tratadas como tal en sí mismas y entre sí por una sociedad estatalizada y capitalista que pretende despojarnos de humanidad y convertirnos a tod@s en mercancía, en menoscabo de la vida espiritual y de los ricos sentimientos de que es capaz el ser humano. Una sociedad basada en el cumplimiento inmediato del deseo y no en su limitación, convirtiéndonos así en esclavos de nuestros apetitos.  Para ser libre el sujeto debe ser capaz de limitar sus anhelos y ser capaz a la vez de resistencia frente a la frustración. La vida no siempre nos da aquello que queremos en el momento en que lo queremos. Debemos aprender a esperar y a disfrutar del proceso de vivir nuestra vida, no las vidas y sentimientos de los demás. Convertir todo en un proceso racional significa dejar apartado toda la riquísima vida irracional que es la que marca nuestras vidas y la que en realidad nos empuja a la hora de vivir aunque debe estar matizada siempre por la razón.

La vida y la poesía también, ya que como todo acto creador es un proceso vivo está llena de sentimiento y de razón, y el pensamiento racional debe dirigir el impulso irracional pero nunca matarlo. El deseo es fuente y motor de vida pero siempre debe estar limitado, de lo contrario seríamos esclavos de nosotr@s mism@s. Pero una vida sin emociones propias, una vida solamente lógica, de deseos cumplidos, de querer ser en otros, objetivada, es una vida de autómatas, y la Intrapoesía defiende una poesía de autómatas, nacida en una época de autómatas.

Si despojamos  a la poesía de su componente personal, subjetivo e irracional la estamos despojando de su esencia, así como el Estado y el capital pretenden despojarnos de nuestra esencia humana.

Si en nombre de la poesía de la experiencia se han escrito verdaderos engendros poéticos, en nombre de la poesía de la referencia, ¿qué se escribirá? ¿Qué humanidad habrá en ella? ¿Qué sentido tiene que me ponga a explorar en sentimientos ajenos que no tengo manera de conocer ni de sentir? ¿Por qué el deseo tiene que cumplirse de manera inmediata, por qué debo desear ser quién no soy? Cuando precisamente la poesía es una excelente conductora para entrar en el mí mismo y una ayuda excelente a la hora del desarrollo personal.

No es una casualidad que sea ahora, precisamente en este período histórico, que se inicie una corriente como ésta. Es hija de su contemporaneidad y de un modo de vida que cada vez es más despersonalizado, inmediato y basado en una supuesta racionalidad que nos lleva al desastre humano más colosal que se ha vivido en la historia.

Pretenden despojarnos de nuestra idiosincrasia, de lo que nos hace humanos, de la misma manera que se pretende despojar a la poesía de lo que la constituye.

Pretenden matar nuestro eros de la misma manera que se quiere matar el eros de la poesía.


 Página de Teresa: www.teresadomingocatala.eu