HACIA UNA ERÓTICA DE LA EXPERIENCIA
Del amor y del hombre
Hasta
ahora todos los escritos de esta sección de “Erótica de la experiencia” han
estado dedicados a la erótica femenina. Necesitaba incluir el punto de vista
del hombre, era esto imprescindible por justicia, pues los hombres son la mitad
del mundo, y por la sensata percepción de que necesitamos los dos polos pues ni los hombres ni las mujeres podremos comprendernos a
nosotros mismos mientras no entendamos al otro en tanto que otro, distinto y
ajeno, como realidad autónoma e independiente.
Hoy
se necesita valor y coraje para decir la verdad en estos temas, la mentira es la
norma, mentir afuera y mentir adentro, mentir al mundo y mentirse a uno mismo. Y la inautenticidad,
el obligatorio sometimiento al canon que obliga a cercenar los propios impulsos
y deseos para encajar en el molde.
Tengo
que agradecer a Ramón la sinceridad y valentía de su texto y de su vida porque es en la vida y en
la experiencia real donde libramos la primera batalla por construir nuestra propia
humanidad.
"Cid
Ruy Díez só, que yago aquí encerrado
e
vencí al rey Bucar con treinta e seis reyes de paganos.
Estos
treinta e seis reyes, los veinte e dos murieron en el campo;
vencílos
sobre Valencia desque yo muerto encima de mi caballo.
Con
esta son setenta e dos batallas que yo vencí en el campo.
Gané
a Colada e a Tizona: por ende Dios sea loado."
(Epitafio
del Cid)
Sólo el amor pudo escribir esto.
No sólo cristianas de alta y baja cuna, sino
moras, hebreas y rivales varones loaron y amaron la virtud de este hombre.
Sus enemigos lo temían como al desierto.
Vilipendiado, desahuciado, logra vencer por
virtud. Sólo la virtud entrega valor, arrojo, sublimidad, sólo las causas
nobles pueden albergar nobles espíritus.
Shayyid, Cid, Señor... ¿Cómo puede el amor
sostener esas palabras?
"Mi señor...
...
os amo."
¿Cuántas de vosotras anheláis pronunciar esas
palabras, más allá de la ficción literaria...
...Señoras
mías?
Es fácil amar al príncipe, al héroe, al
vencedor, mas, ¿quién ama al loco, al perdedor, al viejo?
Aquel que ama la verdad.
Quijote no recibió ni una sola palabra de
aliento en toda su gesta, ni una mano amable más que la paciencia interesada
del modrego Sancho, el insulto, la burla y el descrédito de todos.
Cada noche, soñó a su amada Dulcinea, la
dedicó cada batalla, avergonzándose en sus derrotas.
Escuchad insensatas...¡¡¡SON GIGANTES!!!
¿A quién amáis?
Yo amo la expresión femenina de mi entorno,
Venus está hecha de mil sonrisas.
La verdad brilla con belleza, como una
orquídea me semeja tu vulva. ¿Por qué habéis abandonado vuestro subconsciente
colectivo?
Porque todos lo hemos hecho, porque hemos
abandonado todo lo grande y bello que nos caracteriza, porque nos hemos vuelto
súcubos e íncubos, siendo Dioses.
...en
el AMOR, creamos.
Juntos, por libre albedrío...
VIDA=CONCIENCIA
No somos mitades de nada.
Como no nos enseñan el toroide en el colegio,
ignoramos que somos dios (o el Tao).
¡Pobres occidentales!, ¡son como vasos de agua
llenos hasta el borde!, ni una gota de sabiduría cabe...
Todo es el Tao, el amor es sagrado porque crea
vida, por nada más.
No cabe el egoísmo, por tanto... ¿que estamos
haciendo mujeres y hombres con ello?
Venderlo como el resto de nuestro cuerpo, alma
y tiempo a cambio de baratijas, humo.
¿Con quién amáis?, pero claro, vosotras
queréis respuestas, bastantes dudas tenéis ya, ¿no?
Ignoro lo que supone realmente ser mujer, por
eso hablo de mí, porque Prado me lo ha pedido. (N. del A.: esta te la guardo,
querida...)
Ser hombre es una experiencia rica y plena, o
puede serlo.
No os conforméis con cincuenta sombras... aquí
tenéis las diez mil personalidades de Shiva.
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PREGUNTA
DE PRADO:
Me
gustaría saber qué es lo que te parece más interesante del modelo Claudia (entrevista a Claudia) y que
me lo dijeras desde la visión del hombre y si quieres también desde lo que
piensas que aporta a la mujer.
Algunos
autores dicen que los hombres sois por naturaleza polígamos y las mujeres
monógamas por naturaleza.
¿Deseáis
todos los hombres un harén? ¿Cómo crees que se concilia en ese caso el sexo y
el amor? ¿Tú lo harías o lo has hecho?
Yo
entendí que el marido de Claudia lo que
tiene son relaciones sexuales esporádicas pero un vínculo con ella más o menos
comprometido y en ese caso supongo que las “otras” son mujeres que también
buscan eso mismo, un encuentro sexual más o menos ardiente pero sin un
compromiso, sería distinto de lo que llaman “poliamor”, algo de lo que, de
momento, yo no sé muy bien qué pensar sobre todo porque los que lo defienden lo
hacen como una doctrina y no algo que les sale del alma o del cuerpo.
¿Crees
que si las mujeres se comportaran más como Claudia la masculinidad se
recuperaría de su crisis?
¿Qué
aporta el asunto a la autoconstrucción masculina?
Prado.
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La entrevista a Claudia supuso mi fidelización
a Prado, ninguna lectura había tocado ese punto dentro de mí.
Ignoro si la historia es cierta ni si esa
mujer ha elegido esa forma de vida libremente, demos por hecho que todo es
cierto: ella se siente satisfecha con su amante.
Empatiza con el varón cuando entiende nuestro
sexo, pocas mujeres saben sacarle partido. La mayoría permanecen en una
"zona de control" y delegan en el varón la iniciativa.
Es muy de agradecer la caracterización del
varón como el sexo débil: así es, la erección y el ego del hombre penden de un
delgado hilo que es la actitud femenina.
Cualquier indicio de incomodo o
desapasionamiento es inmediatamente percibido por un macho emocionalmente sano,
y provoca la mirada o la confirmación (ver concepto de salud emocional de
Wilhem Reich "El análisis del carácter" y "La función del
orgasmo").
Cualquier guiño, sonrisa o muestra de
complicidad e incitación es un acicate a la pasión y el empuje.
He convivido durante años con algunas de mis
parejas y he mantenido una monogamia satisfecha si mi relación iba bien
globalmente, pero son las relaciones las que se acaban.
El deseo no es más que la expresión de la
entrega y el amor que sienten los amantes y sabéis que esto sucede también con
desconocidos.
Es un mecanismo por el cual las personas
confiamos entre nosotros de manera intuitiva, con una apertura paulatina de
capas del carácter hasta que se llega a la intimidad, y es ahí donde reside el
deseo, cuando compartimos lo que realmente somos con la persona elegida en ese
instante.
Todo
intento de racionalizar el amor conlleva exponerlo a la realidad, y... ¿cómo es
nuestra realidad?
¿Permite
esta sociedad el amor entre individuos?
No.
Es
una sociedad del odio, donde el deseo del macho es violación y tu deseo de
hembra, síndrome de Estocolmo.
Seamos
personas.
He sido consciente de la presencia del deseo
desde muy pequeño, con 4 años veraneaba en un pueblo donde mi única compañera
de juegos era una niña de 6.
Fue una experiencia maravillosa donde yo era
su juguete, me llevaba y traía en el transportín de su bici con ruedines.
Me enseñó a besar cuando aún no me ataba los
zapatos.
Había dos tipos de besos: el normal y el de
cine...
Yo siempre acababa suplicando el de cine..., y
ella me los racionaba con femenina prudencia para conservar mi veneración
intacta.
Recuerdo nítidamente cómo me sumergía en su
boca y ella, despacio, lamía mi lengua. Entonces yo me desvanecía en ella, su
sabor me cegaba, podría decirse que me amamantaba con su boca. Entonces
terminaba...
Ningún recuerdo de mi infancia tiene esa
fuerza, ese contenido repleto de significados y la conciencia infantil ahíta de
nuevos conocimientos que me marcaron para siempre.
Creo que es mi único recuerdo infantil de
felicidad.
La historia terminó cuando, al final del
verano en el que cumplía 5 años, su padre me vio saliendo por la ventana del
cuarto con la ropa bajo el brazo, y se chivó el muy cabrón. Todo acabó en
silencio.
Ahí empezó una loca carrera detrás de mi
curiosidad: todas las amigas de mi madre fueron testigo de cómo sus hijas me
metían en su cama las noches de Ouija, ellas jugaban a lo suyo y nosotr@s a lo
nuestro...
Luego llegó la adolescencia, y el desastre.
No me comí un colín hasta los 17, e hice el
amor por primera vez con mi primera novia, vírgenes los dos. Otro desastre
hasta que la experiencia nos compenetró (nótese la semántica). Ella murió cinco
años después en un accidente.
Con mi siguiente pareja estuve 9 años, con
alguna ruptura intermedia, y 15 años después sigue despertando mi deseo si
recuerdo nuestro sexo.
Al separarme definitivamente de esta mujer,
entré en una segunda adolescencia. Tenía 30 años y me comía el mundo y su
contenido.
En 10 años tuve la posibilidad de dar rienda
suelta de forma adulta a esa curiosidad infantil, y como hay dios que la sacié
con creces.
Me he compartido con varias decenas de
mujeres, incluida mi "ex" en un par de ocasiones, he tenido la
inmensa suerte de participar en tríos de dos mujeres conmigo, de dos hombres y
una mujer, he participado una vez en juego de dobles parejas y en alguna que
otra orgía...
No todo ha sido de color rosa...
He conocido parejas vampiro especializadas en
atraer féminas a escenarios sexuales donde estos oportunistas sazonan su vida
sexual con las fantasías realizadas de las otras. Sé que la mujer lo hacía para
mantener al hombre junto a sí.
Una de mis parejas llegó a ofrecerme usar los
servicios profesionales para mantenerme a su lado.
He podido comprobar que las mujeres
desinhibidas disfrutan exponencialmente más del sexo que mujeres con tendencia
al control, o con complejos emocionales o corporales.
Lo mismo puedo decir de mi satisfacción
dependiendo de mi estado de ánimo. La entrega mutua es indispensable, así como
la ausencia de control.
Cuando hablo de control me refiero al superyó,
a la imposibilidad de disolver la conciencia en la onda del deseo (pulsión de
la líbido).
Es imprescindible disolverse en el otro, el
abandono de sí.
Reich lo caracterizaba como el momento en el
que la pelvis de cada amante se mueve rítmicamente de forma involuntaria
(subconsciente), entonces, la consciencia se disuelve, y el subconsciente (la
infancia) aflora en un entorno seguro para bañarse de ternura. Entonces se
produce el orgasmo, no como fin biológico, si no como estallido del sistema
nervioso (conciencia) ante la imposibilidad de contener más energía. Entonces
se produce la eyaculación y las contracciones involuntarias del perineo de
ambos, que aseguran la fecundación. El amor hace el resto, durmiendo a los
amantes en un abrazo en el que pueden tener un sueño conjunto.
Maravilloso, ¿no?
Para abandonarse hay que confiar en el otro
activamente, si te engañas a ti mism@ será decepcionante para ambos.
He de decir que fui todo lo honesto que supe
con las mujeres con las que estaba, siempre me revelé como un golfo en
prácticas y fui siempre aceptado, de hecho, seducía pero no enamoraba y a ellas
les parecía mayoritariamente más excitante. Es obvio que estas situaciones no
pueden sostenerse en el tiempo ni emocionalmente ni físicamente, hubo un
momento en el que tuve cinco amantes simultáneas, pero ellas no buscaron otros
hombres hasta que no comenzaba a fallar la química...
Ignoro si esto es "poliamor", sólo
puedo decir que me sentía pleno y querido por varias mujeres, yo las adoraba a
todas y a ellas les parecía estupendo...
También considero importante haber conservado
siempre mi independencia en forma de vivienda en ese tiempo, me apaño bastante
bien.
P.D.:
no creo que seáis monógamas, si la propiedad de l@s hij@s no fuera tan
importante tendríais favoritos, pero no maridos.
Ramón.
Imágenes: "Abrazo" de Juan Haro
"Amantes" Acrílico de Nicoletta Tomás
Imágenes: "Abrazo" de Juan Haro
"Amantes" Acrílico de Nicoletta Tomás
contundente!
ResponderEliminarpese a detestar a la figura del cid has conseguido interesarme, pese a no estar de acuerdo en todo has propiciado que me vea a mi mismo, pese a no querer ver mi reflejo has conseguido enternecerme en mis recuerdos.
pero.... siempre me pasa.... que pasa con las palabras que no me acaban de ancajar?, y no lo digo por el texto, esta ilvanado y bien cosido, con intencion y sentimiento, creo que con veracidad evidente; marido, esposa, pertenencia, son palabras pero tambien y desgraciadamente conceptos, .... para repensar.... otros podrian dejarse para el "señorio" de los señoritos literatos y "pensadores" como poligamia o monogamia, suenan igual de mal que todas las fronteras artificiales e imposiciones fisicas o sicologicas, en esto lo abandono a los Reich y Froids que no existen en otras sociedades ancestrales aun existentes y que no los necesitan(mos).
cada vez que nos definimos caminamos por la sinuosa linea de la autolimitacion, que puede suponer el fantasma de la autoconstruccion, que personalmente entiendo como "una apertura paulatina de capas del carácter hasta que se llega a la intimidad", la de uno mismo con los demas, que conforman una unidad inevitable, pese a que no me crea el adoctrinamiento del taoismo.
y con esto y un beso me confabulo una vez mas con las propuestas de Prado, siempre excitantes, actualmente imprescindibles.... hasta para quien las ignora.
Tomas