“El alma humana tiene necesidad de verdad y libertad de expresión” Simone Weil

"Ni cogeré las flores, ni temeré las fieras” Juan de Yepes

¿Será más decente el capitalismo...?

¿SERÁ MÁS DECENTE EL CAPITALISMO
CUANDO MANDEN LAS MUJERES?

Dedicado a las cajeras de supermercado, las obreras del textil, de la industria
alimentaria o del calzado, a las limpiadoras, las dependientas y todas las
 mujeres que intentan sobrevivir en esta sociedad que niega y acosa la vida.

Desde esta semana el primer banco de la eurozona, primera empresa española por capitalización y la 43ª del planeta, está mandado por una mujer. Muchos seguirán haciendo un escorzo mental inextricable para mantener la tesis de la superioridad moral de “la mujer” y la utopía de un mundo más justo y feliz mandado por féminas.
¿Será la Banca, ahora que los consejos de administración los preside Ana Patricia Botín más decente que cuando lo hizo su padre?
Habrá quien, para superar el conflicto cognitivo entre el dogma y la realidad asevere que, en realidad, Ana Patricia no es una mujer sino un hombre, pero a esos no merece la pena dedicarles ni siquiera una línea.
Lo cierto es que a comienzos del siglo XXI el poder mundial empieza a declinarse cada vez más en femenino. Las poderosas crecen a un ritmo tan acelerado que pronto se equilibrarán con los poderosos y después los aventajarán en número. El mundo no se ha hecho más humano ni más justo por este detalle, al contrario, la opresión sobre el pueblo (hombres y mujeres) se reduplica y los grandes proyectos de sometimiento tienen más éxito cuando los acometen féminas puesto que se justifica su autoridad omnímoda con el argumento de que, siendo una minoría de oprimidas, deben “emanciparse” y “empoderarse”.

La nómina de las déspotas es muy larga y la de las corruptas crece geométricamente lideradas por la ínclita Magdalena Álvarez. 
Hobbes, Nietzsche y Maquiavelo, los filósofos de la guerra de todos contra todos y el ensanchamiento sin  límites del poder, se han hecho más admisibles socialmente y han colonizado no solo el mundo de la política y los negocios donde estuvieron siempre, sino los hogares y los dormitorios en su designación de santos patrones de la liberación femenina.
Mientras tanto la inmensa mayoría de las mujeres, las del pueblo, son cada vez más sometidas, la libertad de conciencia es permanentemente violada por el adoctrinamiento sistemático, carecen de un espacio de silencio y de respeto que permita conocer, interpretar y enjuiciar su realidad desde sí mismas.
El trabajo asalariado, verdadera plaga de destrucción y embrutecimiento de mujeres y hombres roba una energía y tiempo creciente a las féminas y las situaciones de dominación y humillación que sufren en las empresas, cada vez más a manos de otras mujeres, se reduplican.
No tienen libertad para ser madres, la natalidad ha sido siempre incompatible con el capitalismo y hoy lo es también con la biopolítica del sistema que requiere la desnatalidad como instrumento para la destrucción de todos los lazos que tejen la comunidad horizontal y la conversión de las mujeres en ganado de labor.
No hay libertad sexual. El Eros está sometido a la corrección política y la vigilancia de una nueva beatería en nada diferente a la de la Sección Femenina. Las relaciones entre las mujeres y los hombres han sido tipificadas como estructuralmente nocivas por ser  relaciones de dominación y todos los varones del pueblo (no así los poderosos) han sido declarados potenciales maltratadores. El sexo reproductivo y la erótica natural del embarazo, el parto y la crianza están siendo objeto de una violencia infinita.
No son libres las mujeres en casi ningún ámbito de la existencia, las estructuras de vida que imponen el par Estado-capitalismo se han hecho incompatibles con los vínculos, tanto los naturales y primarios como los sociales auto-construidos. Las relaciones amorosas tanto como la vida comunitaria son hoy imposibles y todos estamos abocados a la soledad y la mercantilización de las necesidades vitales.
Puede que para las Botín, las Díaz, o Koplowitz que forman parte del selecto grupo de presidentes de empresas del IBEX 35 este sea un paraíso para las mujeres pero para las del pueblo que trabajan por salarios miserables, en jornadas interminables, intentando ser madres y tener una vida humana a pesar de todo y mucho más para las crédulas que aceptaron los dogmas de la religión calvinista y han entregado su vida a las empresas, con sobretrabajo intensivo y sin vida privada no será éste ningún Edén sino un averno en el que no hallarán salida.




2 comentarios:

  1. Evidentemente la respuesta a la pregunta es un 'no' de dimensiones catedralicias... ya se está viendo cómo actuan las mujeres que se meten en política, y no pongo ejemplos por no revolver estómagos...

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  2. Si es que "las mujeres siempre lo hacen peor" en política, en el trabajo, en casa....Mucho mejor su padre, su abuelo, que por hombres emponderados de por sí desde siempre, no necesitan redoblar la explotación de sus "esclavas/os", pero si sus beneficios. En fin....

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