Elogio
de la iniciativa individual
"Y
si alguno sabe qué debe hacer cada uno, y no tiene el valor de hacerlo, de nada
le sirve.”
Comentario
al Apocalipsis, Beato de Liébana
Se suele decir que lo que una persona puede hacer es demasiado poco, no
cambia nada y, por lo tanto, es inútil y superfluo. Ese argumento sirve a la
parálisis de toda la sociedad que queda a expensas de lo que promueven las agrupaciones
generadas por el Estado y sus instituciones que sí son operativas porque son
dirigidas, jerarquizadas y subvencionadas.
¿Qué puede hacer una sola persona? En primer lugar cada uno de nosotros
puede pensar en la totalidad de las necesidades de la humanidad, asumirlas en
su integridad y realizarlas hasta el límite de sus posibilidades. Cuando no son
los premios ni los resultados tangibles lo que nos mueve, sino la idea del
bien, de lo necesario; lo que cada uno de nosotros hace por ello tiene un valor intrínseco
primordial, puesto que si nuestro aporte
aumenta, aunque sea imperceptiblemente, la cantidad de virtud y de verdad que
hay en el mundo, es una inestimable contribución a la virtud y a la verdad, al
desarrollo de la vida y a la regeneración social.
En la sociedad presente el emprendimiento y la iniciativa personal
quedan limitadas al ámbito de lo
económico y lo empresarial, la creatividad y la inventiva son siempre un
producto para venderse en el mercado, no hay espacio para hacer las cosas por vocación, por amor a la verdad, a la
belleza y la virtud y por lo tanto solo hay lugar para el crecimiento de lo
sistémico y no lo hay para la apertura de caminos paralelos o contrarios a lo
establecido.
Las razones de la falta de iniciativa fuera de los proyectos del
sistema son múltiples y complejas, señalaré algunas que me parecen importantes:
1.
La devaluación infinita de la persona que es
tenida y se tiene a sí misma por tan insuficiente y menguada que no acierta a
apreciar su potencial personal porque lo considera inexistente. La creación de ese
ser para el progreso social y la
felicidad pública, diseñado por los poderes del Estado para mejor servir a los
fines establecidos, que no es nada en sí mismo y que es ilimitadamente
manejable, transformable, adaptativo y dócil es una gran tragedia porque ha
matado la acción individual (sus fundamentos filosóficos son estudiados con
mucho acierto por Dalmacio Negro en “El mito del hombre nuevo”). En el caso de
las mujeres se añade a su depreciación la condición de víctimas de sus iguales
y protegidas y tuteladas por las instituciones. Lo que de ello se deriva es el
infra-ser post-humano propio de la modernidad tardía.
2.
La emergencia del Estado del bienestar que tutela
y protege al sujeto de la cuna a la tumba y le declara irresponsable de sí
mismo y sobre todo de sus cercanos. El Estado del bienestar convierte a cada individuo
en un indigente y un inepto que requiere de ayuda para todo.
3.
La concepción de la historia como un proceso sin
sujeto movida por las fuerzas ciegas de la economía y las “leyes” (inventadas)
del devenir de la sociedad. Esa concepción deshumanizada de la historia ha
robado el protagonismo a sus verdaderos creadores quienes con su actuar y
elegir han cambiado el rumbo del devenir humano y ha convencido a varias
generaciones de que no merece la pena esforzarse para mejorar el medio en el
que viven pues el tiempo y el progreso natural de la historia son los únicos
factores actuantes.
4.
La aparición del “sujeto de derechos” que lo
espera todo del medio y nada de sí mismo hasta tal punto que se ha hecho
patológicamente dependiente y necesitado de ser dirigido permanentemente, inhábil
incluso para la supervivencia porque no considera su vida como responsabilidad
y construcción propia. Precisa de directrices, pautas, protocolos, programas y
consejos expertos para actuar y cuando no los tiene cae en la parálisis porque carece
de capacidad de juicio y de voluntad para ejercer su libertad. Constituido como
el egoísta perfecto, espera recibir de fuera lo que no es capaz de darse a sí
mismo y ansía recoger sin haber entregado nada a los demás.
5.
Ese sujeto es presa, por la ausencia de autonomía,
del doctrinarismo y el dogmatismo. Puesto que la inserción en la realidad del
mundo y de la historia requiere de un esfuerzo personal, que es insustituible,
si no se hace, si se declina el viaje por lo desconocido y no trillado, lo más agradable
es transitar por el carril de la ortodoxia dominante, así que se hace sumiso y
obediente al poder establecido. Es también fácil rehén de las ideologías, las modas,
las tribus y los movimientos lanzados por los aparatos de creación de opinión y
destrucción de la libertad de conciencia con lo que termina siendo una cáscara
vacía sin entidad ni vida interior propia, tan gregario como asocial.
6.
La fragilidad de la persona ha originado que la
comodidad y el miedo sean los dos impulsos esenciales del sujeto actual, carece
por eso de voluntad y capacidad de esfuerzo y es, por lo mismo,
consustancialmente no-creador y no
generador de desarrollo. Todo acto constructivo requiere de esfuerzo, renuncia,
dolor y fortaleza. La pusilanimidad y la necesidad de seguridad, aprobación,
reconocimiento y certezas son contrarios la innovación y el descubrimiento.
Hoy carecemos de una cosmovisión del valor del sujeto. La filosofía
clásica siempre se preocupó del individuo, de su construcción y su mejora, si
bien es cierto que una parte de la filosofía antigua se engendró en sociedades
esclavistas y se dirigía tan solo a los
miembros de las elites, excluyendo a la gran masa de los sin poder, ello no
hace menos necesarios y valiosos algunos de sus preceptos.
La cosmovisión cristiana, especialmente su interpretación en la Alta
Edad Media hispana, otorgó a la persona y a su acción la mayor trascendencia.
El respeto absoluto por la persona estaba ligado a la percepción de su responsabilidad y sus
obligaciones y, por lo tanto, de su acción personal. Esta verdad elemental hoy
olvidada, descubre algo básico, en una sociedad sin acción individual el ser
humano deja de ser objeto de dignidad y respeto y es un ente sin valor, lo es
objetivamente y no solo política o subjetivamente.
El mito de Hércules es tal vez la mejor representación de este enfoque,
forjado en antigüedad clásica, la retoma el cristianismo incorporándola a la
propia figura de Cristo, pero también en su idiosincrasia original. La lucha de
Hércules con el León de Nemea es muy común en la imaginería románica e incluso
hay alguna iglesia, como la Santa María en Pontevedra, erigida por el gremio de
mareantes, que presenta a Hércules y a San Miguel, dos figuras heroicas y
luchadoras, como centrales en su simbolismo. Hércules, como Cristo, representa la
fuerza del UNO, la decisión de enfrentar las pruebas más sobrehumanas desde sus
capacidades humanas.
En la cultura de esas sociedades pujantes y vitales la iniciativa
personal era imprescindible, no puede haber una comunidad horizontal fuerte sin
personalidades vigorosas que la nutran. Una sociedad jerárquica requiere de
sujetos sin creatividad ni iniciativa propia, seres dirigidos que actúen como
el engranaje de la máquina, sin ninguna libertad ni elección, instrumentos
puros condenados a su destino, pero una sociedad libre necesita de individuos
fértiles y creativos en todos los sentidos.
Lámina del Beato, Reproducción: D CAPITULAR (UN HOMBRE). Inicial
adornada con combate entre un hombre y un animal, posible alusión a uno de los
trabajos de Hércules, la lucha con el león de Nemea. Pertenece a un manuscrito
del siglo XII-XIII llamado la Ciudad de Dios de San Agustín, códice 20 del
Archivo Capitular de Tortosa, Tarragona, Cataluña, España.
Quienes desvalorizan la importancia de su hacer e iniciativa y esperan una
acción colectiva que transforme la sociedad no se hacen la pregunta fundamental
¿qué ente supra-personal puede haber que
no sea la suma de lo individual sino el Estado?
No habrá un “movimiento” de regeneración del que uno pueda cómodamente
dejarse llevar, la regeneración implica que haya un encuentro de impulsos y
acción sostenidos de forma personal. La iniciativa individual es, en contra de
lo que se dice, la vía más eficaz y conveniente a la creación y la innovación y
también a la constitución de comunidades fuertes e integradas y a la
convivencia más fácil y más enriquecedora.
La idea de seguir un movimiento, establecer programas cerrados que
generen pequeñas “sociedades” o guetos en los que esconderse o erigir jefaturas
a las que seguir obedientes es la prueba
de la decisión de quien así piensa de no asumir las propias obligaciones y
cargar sobre otros el amargo trago del inicio y el sostenimiento de los
proyectos.
Por pequeño que sea aquello que somos capaces de hacer en un momento
dado será el inicio de un proceso de crecimiento personal y, por ello,
colectivo. Cargarse de obligaciones que superen nuestras capacidades presentes,
de auto-exigencia y voluntad de asumir lo más difícil y fuera de nuestro
alcance, es la única forma de auto-construirse como seres de virtud y de
fuerza. Igual que se fortalece el cuerpo superando sus límites se fortalece el
potencial intelectivo, psíquico, afectivo, convivencial y espiritual, rebasando
sus fronteras. Y es del esfuerzo e iniciativa personal de lo que todo surge.
Nada hay más falso, pues, que la aseveración de que lo que hace uno no
puede cambiar el rumbo de la historia y es un gesto inútil, por el contrario,
el impulso individual tiene muchas funciones profundamente transformadoras como
son:
1.
La persona solo puede hacerse a través de la
propia acción y puesto que el proceso más devastador y destructivo de la
sociedad presente es justamente su aniquilación y la creación de infra-seres
sin mismidad y sin energía todo aquello que fortalece al sujeto es, por
principio, profundamente revolucionario y regenerador. Ningún ente externo, ningún
movimiento ni grupo puede engrandecer a un individuo que se achica a sí mismo
en la parálisis. La práctica es, además, el valor supremo, la única y auténtica
prueba de que hemos superado la lacra del verbalismo discursivo, las mentiras fabricadas
con bellas palabras de las ideologías, y entrado en el territorio de las cosmovisiones
renovadoras. Y la manifestación de la práctica es la suma de los actos concretos
y personales.
2.
Lo nuevo siempre surge como producto original y
excepcional, es decir como iniciativa de uno o pocos, que se manifiesta como
nuevo-verdadero y nuevo-eficiente en la práctica. Pero la creación de nuevos caminos, ideas o proyectos
requiere de visiones heterodoxas, disidencia de la norma o puntos de vista
singulares, requiere también de concurrencia y conflicto con lo existente (dentro
y fuera del sistema, conflicto con los contrarios y también con los propios) y
de colaboración con otras visiones complementarias y afines. Solo cuando hay
muchas mentes esforzadas lo nuevo, que es escaso e insólito, puede aparecer y
como siempre o casi siempre será fragmentario necesitará de fundirse con otras
aportaciones igualmente singulares.
3.
Quienes no valoran la iniciativa individual no
tienen en cuenta el valor inmenso que tiene en la sociedad y en la historia la
ejemplaridad personal. Es triste que en nuestro tiempo haya enterrado las
“vidas ejemplares” para no sentir su propia miseria. Los mejores pueden aplaudir
la virtud, la verdad y la belleza pero no se plantean imitarla y practicarla,
la consideran como un don de seres excepcionales y justifican la propia
impotencia para perseguir la excelencia o apelan a la decisión de no elevarse
para no descollar sobre los otros y evitar las jerarquías. Sin embargo la
existencia de virtud humana no basada en la apariencia sino real y limitada,
como es todo lo humano, es un factor crucial de regeneración y un valor por sí
mismo incluso cuando no tenga ningún efecto sobre el entorno.
Cada ser humano es insustituible y su acción irreemplazable, todo
aquello que cada uno de nosotros deja de hacer será irrealizable y una pérdida
fundamental para el mundo. Cada cual debe emprender por eso su camino, sin
esperar a otros, ni desear ningún resultado, ni necesitar reconocimientos. Lo
colectivo, que es la más bella construcción humana tiene que venir precisamente
del encuentro entre seres que son autónomos en su actuar y dueños de sí mismos
y que no viven para recibir del grupo sino que tienen algo que dar y aportar
desinteresadamente.
Vaya escrito fuerte, duro y veraz que señala un camino desconocido. Hacer lo que está en nuestra
ResponderEliminarmano por mejorar y cambiar el mundo que nos rodea no es lo que se estila. Más bien hay que seguir el rebaño y por desgracia ese rebaño acaba comiéndose a las personalidades o personas con un mínimo de creatividad moral, que es lo que tú señalas. Felicidades por este regalo de Navidad y Año Nuevo que nos has hecho a tus lectores.
Por cierto ¿no habrá alguien más que Dalmacio para denunciar el mito del hombre sin atributos? su denuncia de ese mito me parece que parte de presupuestos muy lejanos a los tuyos.
brillante prado!
ResponderEliminarA mis 61 años y mujer, tu escrito me parece lleno de amor y verdad. Conocí el Womens Liberation Movement trabajando en un centro de la Mujer en Londres a finales de los 70, cuando estaba a punto de introducirse el plan feudopeo de igualdad en Gran Bretaña.. El revisionismo histórico y la autogestión eran conceptos esenciales del Movimiento de Liberación de las mujeres, para que las mujeres no fueran las víctimas favoritas de los sistemas estatales. Las entradas en años nos avisaron de que si el ESTADO SE HACIA CARGO DE LA (rentable) IGUALDAD, se acabó. Era pasar de delegar autoridad al padre o al marido y pasársela al estado. Revisionismo histórico y autogestión, así como paz a los hombres que han ayudado a las mujeres en sus clanes, que los hay y muchos. Ahora nos llaman "violencia de género", sí nos llaman. Como víctimas superentables en toda campaña política. Bendita seas Prado. Felíz 2015..
ResponderEliminarExcelente artículo, Prado! y un buen revulsivo para empezar el año asumiendo responsabilidades propias. Hoy precisamente pensaba en la importancia del empoderamiento personal i colectivo, cuando una mujer se preguntaba en voz alta "Qué pasará este año?" y yo pensaba en seguida "Qué haremos cada cuál de nosotros, y juntas, este año?".
ResponderEliminarEl artículo me ha gustado mucho, sólo dos cosas. En primer lugar, lo colectivo o cualquier organización y movimiento es mucho más que la suma de individualidades, aunque como dices requiere de individualidades fuertes y autoconstruídas, que aporten su potencial único. Stephen Covey en su libro "Los siete hábitos de la gente altamente efectiva" habla de la "victoria privada" como necesidad previa a la "victoria pública" e imprescindible siempre, pero la victoria publica es un paradigma de INTERDEPENDENCIA, y uno de los hábitos clave la SINERGIA, que como comentaba es más que la suma de las partes. Creo que a veces caemos en falsos dilemas contraproducentes, por eso recomiendo la lectura de este libro porque tiene aportaciones interesantes en este sentido. También sugiero pensar más en estas cuestiones de una forma autogestionada y personal así como experiencial.
En segundo lugar, creo que en muchos sentidos la cooperación es imprescindible no sólo para lograr una individualidad plena sino para dotar de mucha más fuerza a las ideas, prácticas, campañas, etc. Muchos proyectos personales no podrían tirar adelante si no hubiera personas que ayudaran a implementarlos, difundirlos, apoyarlos etc. Creo que la tarea clave personal quizás está más relacionada con la innovación, la creatividad, el tirar la primera piedra etc. pero después de esto una fuerza más colectiva, digamos "de mantenimiento y reforzamiento" puede ser clave para generar un impacto social -sin por esto querer decir que actuamos sólo para tener impacto- es decir, para fomentar una revolución integral, no sólo personal, sinó también social. Además, hemos de tener en cuenta en este sentido que hoy en día también tenemos una sociedad narcisista y individualista en extremo, y falta de amor y admiración por los demás, cosa que hace que las personas que saben "seguir" (en el buen sentido de la palabra, sin renunciar a su propia autonomía y responsabilidades) también escaseen mucho.
Nada más, gracias de nuevo y espero que tengamos un consciente y revolucionario 2015!!
abrazos,
Laia
Siempre reconforta encontrar otras almas que entienden porque se debe hacer algo a pesar de que tenga consecuencias negativas, si es lo que consideramos justo. Es muy difícil tener principios en un mundo donde eso supone ir contra corriente, por eso la individualidad (que nada tiene que ver con el egoísmo), es un camino duro e incomprendido.
ResponderEliminarSaludos.
Citas con mucha frecuencia el Comentario al Apocalipsis del Beato, cómo conseguirlo o leerlo? Puedes dar alguna referencia? He buscado por internet pero no encuentro nada.
ResponderEliminarEl que yo he usado es este "Obras completas y complementarias de Beato de Liébana. I: Comentario al Apocalipsis. Himno "O Dei Verbum". Apologético" Edición bilingüe preparada por Joaquín González Echegaray, Alberto del Campo y Leslie G. Freeman.
ResponderEliminarPuedes encontrarlo en http://www.bac-editorial.com/ficha.php?id=13528
Querida Prado,
ResponderEliminarCuando me quede paralizada al ser consciente de que toda acción conjunta era orquestada “por una minoría”. Te conocí y conocía a Félix, los dos me sacasteis de las dudas que “El sistema” me había inculcado, tenía que tener un grupo de partencia; o estaba con ellos o contra ellos, etc.
Os he leído, he escuchado vuestras charlas y hay cosas con las que estoy de acuerdo y otras que no, hoy, entiendo que así debe ser, nada de dogmas y menos aun nada de perder “ mi “ identidad sumarse al del otro.
Me machacan con la idea que “yo”, solo hago caridad, que con la caridad, no se cambia nada, incluso a veces me han hecho dudar.
Hoy, consciente de que solo con tu actitud, con el compromiso individual, puede haber un cambio, pues, no buscas espectadores solo tu trabajo personal, el compromiso con el otro y con la vida.
No es fácil vivir con los ojos abiertos e implicarte con las personas que te encuentras y compaginarla con tu trabajo, con tu familia, a veces, resulta agotador, aunque, no hay nada más gratificante, que dar, dar amor, compañía, pan; darte.
Un abrazo fraterno.
El mito de Hércules de la antigüedad clásica incorporándola a la propia figura de Cristo, pero con idiosincrasia original. La lucha de Hércules con el León de Nemea en la imaginería románica e incluso hay alguna iglesia, como la Santa María en Aranda de Duero de donde provengo que presenta a Hércules y a San Miguel Arcangel dos figuras heroicas y luchadoras, como centrales en su simbolismo; Hércules y San Miguel Arcangel es la fuerza del UNO, la decisión de enfrentar las pruebas más sobrehumanas desde sus capacidades humanas.
ResponderEliminarSometidos al ridículo del fracaso las abusadoras autoridades desde Diputado del Congreso de los Diputados de España y Procurador de las Cortes de Castilla y León, Máximo López Vilaboa, hasta Autoridades como Cesar Rico y Angel Guerra García Presidentes de la Diputación de Burgos, se sumaron contra mí UNO del binomio Hércules y San Miguel Arcangel, sometiendo a Muchos Abusadores injustos asociados y jerarquizados para proteger al delincuente político Jesús Sanz de Pablo ex alcalde de Villlalba de Duero y los seguidores de organizaciones apoyadores de la delincuencia eregidos como concejales de Aranda de Duero (Burgos) como Azucena Esteban y un tal Rojas junto a los alcaldes de Villalba de Duero, Castrillo de la Vega y Moradillo de Roa que hicieron hicieron Apología satánica del condenado delincuente Político Ex-alcalde de Villalba de Duero (Burgos) condenado por Prevaricación y delito contra el ordenamiento urbano y luego continuaron incitando al Presidente de la Junta de Castilla y León Vicente Herrera junto al Presidente de la Diputación de Burgos y del Partido Popular Burgalés Cesar Rico y Angel Guerra García como Vicepresidente de la Diputación de Burgos ahora jefe de Diputación Asebur y Presidente del Partido Popular de Burgos Angel Guerra García que hicieron apología del político delincuente condenado en Firme ex-alcalde de Villlaba de Duero Jesus Sanz de Pablo condenado a 7 años de inhablitación por prevaricación y delito contra el ordenamiento urbano y a costas que no ha pagado aún.. Durante la Exaltación del delincuente condenado alcalde de Villalba de duero el Presidente de la Junta de Castilla y León Vicente herrera no logró llenar las escasas 300 butacas y que ostentaba una media de edad elevada, no faltó el apoyo al delicuente alcalde de Villalba de Duero, Jesús Sanz de Pablo.