El patriarcado como mito
La fundamentación del resentimiento femenino, en la forma inicial de odio sexista, se ha realizado a través de la construcción teórica del patriarcado, es decir, de la elaboración de una especulación sobre la historia que carece de apoyo documental o fáctico y adopta la forma de mito, una fábula o leyenda sobre el origen de la opresión de la mujer y su sometimiento por los hombres, que ejerce un poderoso influjo sobre la sociedad. Se presenta la totalidad de la historia humana como la de la opresión y dominación de la mujer, ofreciendo una explicación fácil y simple de la experiencia de la humanidad como corresponde a la mitología.
En el bien trabajado libro “La demografía de
Torrejón de Ardoz en el siglo XVIII”, J.M. Merino Arribas, entre otros varios
hechos que cuestionan la retórica sexista aparece uno de notable significación:
en esa centuria las tumbas femeninas resultaban ser de más calidad, por lo
general, que las masculinas, asunto que se repite monótonamente en estudios
similares realizados en otras poblaciones. Si lo eran es porque en vida las
mujeres de las clases populares debían ser consideradas con extraordinario
respeto, afecto y amor, por delante de los varones. Este dato tiene
antecedentes históricos llamativos, pues en la formación social celtíbera se
encuentra exactamente lo mismo. Expone Mª del Rosario García, en “Antropología
de una necrópolis de incineración de la Meseta”, texto incluido en “Los celtas
en península Ibérica”, destinado al estudio del asentamiento celtibérico de La
Yunta (Guadalajara), que “las tumbas femeninas son más ricas (en ajuar) que las
masculinas”, habiendo armas en el 50% de los enterramientos de mujeres frente
al 33% de los varoniles. En “La necrópolis celtibérica de Sigüenza: revisión
del conjunto”, María L. Cerdeño y J.L. Pérez de Ynestrosa, se expone
que
algunas de las tumbas mejor abastecidas de armas defensivas y ofensivas de
dicha necrópolis, fechada en los siglos VII-VI antes de nuestra era, son
enterramientos de mujeres. No debe interpretarse esto como que la Celtiberia
fuese matriarcal, pues nada al respecto dicen los historiadores griegos y
romanos, muy bien enterados siempre, sino que en ella no se daba el
patriarcado, no existiendo discriminación por razones de sexo, aunque aquéllos
callan sobre si las mujeres celtíberas portaban armas e iban a las batallas, lo
que sí afirman de otros pueblos peninsulares prerromanos, wetones, vacceos,
gallegos y brácaros. La razón de la falta de sexismo y de la ausencia de
patriarcado en Celtiberia es que no existía el Estado. Considerar que la
historia de la humanidad ha sido homogénea en lo de la opresión de la mujer es
un aserto sin fundamento, pues lo cierto es que se han alternado periodos muy
diversos. Para la península Ibérica, los pueblos del centro y norte, sin
aparatos estatales, no conocieron el patriarcado hasta la llegada de los
imperios conquistadores, griegos, cartagineses y, sobre todo romanos. Roma
constituyó la primera gran sociedad patriarcal conocida en el área peninsular,
si bien no logró imponer esta institución a los pueblos del norte, poco y mal
romanizados. El trabajo “Sistemas de género entre los pueblos prerromanos”,
Elisa Garrido González, en “Historia de las Mujeres en España”, Elisa Garrido
(ed.), abunda en lo expuesto, añadiendo datos de sumo interés, como la
participación de las mujeres de la Celtiberia en los sistemas de auto-gobierno
asamblearios propios de esa formación social; y también cita casos específicos
en los que aquéllas tomaron las armas para defenderse de las legiones. La
conclusión es la ya mencionada: no hubo patriarcado en los pueblos pre-romanos
del centro y norte de Hispania. Éste se dio cuando se introdujo con el Estado y
la propiedad, no antes, por los imperios conquistadores, cartagineses y, sobre
todo, romanos. Ello es una excelente exposición histórica de la naturaleza real
del patriarcado, que debe ser investigada en la experiencia y no inventada a
priori, como hace el sexismo político.
Hacer del “hombre
abstracto” el chivo expiatorio de todos los males sociales presentando a las féminas
como inocentes e infelices víctimas, irresponsables de sí mismas e incapaces de
defenderse es robar la humanidad a la mujer. Una de las peores consecuencias de
ese victimismo es que ofrece una concepción caricaturesca y deshumanizada de la
mujer, por almibarada y ñoña, que es la del machismo más zafio. Se ignora la
realidad de que la mujer ha sido víctima, co-responsable del patriarcado y
verdugo de sí misma al mismo tiempo (igual que el varón), y al obviar esa
evidencia se la convierte en objeto de la historia, negándola su función de
sujeto, vale decir, se la degrada al nivel de ser no-humano, animal, vegetal o
cosa, que no ha participado en los acontecimientos pues ha sido, según se nos hace creer, violando la libertad de
conciencia, mera grey sufriente y no fuerza social agente, actuante. Pero si no
ha intervenido en nada, si sólo ha padecido pasivamente durante milenios, ¿cómo
puede esperarse que ahora lo haga? La respuesta que ofrece el aparato
institucional es que ahora tampoco puede ni debe hacerlo, pues ha de delegar sus
actividades, demandas y funciones en el par feminismo-Estado, igual que antes
estaba obligada a delegarlas en la pareja varón-Estado, lo que indica que el
feminismo es el nuevo “pater familias”.
Para imponer esta
nueva jerarquía a la mujer hay que convertir la historia humana en la de su
opresión, violación, confinamiento y maltrato impune por los varones, y todos
los hechos y acontecimientos que no pertenezcan a la “lucha de sexos”, según
marca la vulgata ministerial, son arrojados como desperdicios de la historia.
Se muestran especialmente rigurosos, ellos y ellas, en borrar y secuestrar la
memoria de la subyugación de los hombres y las mujeres de las clases populares
por los poderes ilegítimos, así como las luchas y resistencias llevadas a cabo
a lo largo de los siglos por el pueblo como comunidad no segregada por sexos.
Lo
que las mujeres necesitan no es victimismo, sino auto-exigencia y severidad
consigo mismas, pues es el único camino para ingresar en el imperio de la
dignidad. Para la mujer tal recorrido será aún más duro que para los hombres porque
parten de cargar con una cuota mayor de obligada irresponsabilidad,
nadificación y angostura mental que los varones. Más la necesidad de
dignificarse como seres aptos para la libertad y la conciencia trasciende los
sexos y es un trayecto que sólo será posible en común haciendo realidad el
ideal de la concordia.
(fragmento
de “Feminicidio o auto-construcción de la mujer”
Las mujeres, parece ser, que han cargado durante muchos SIGLOS con las labores de criar a los hijos y de educarles. Que los hombres no se implicaban en el cuidado y la crianza de los crios.
ResponderEliminarPues bien, esas mismas mujeres ahora se quejan de vivir en una sociedad machista, ¿Quién inculcó esos esquemas en la mente de los pequeños?
Si las madres educaron a los hijos y ahora estos son machistas, resulta que la culpa es de los hombres, ¡Cuando menos resulta curioso!
Estoy de acuerdo con tu respuesta, las madres inculcan a sus hijos e hijas los valores de la sociedad en la que viven.
EliminarPero discrepo con el hecho de considerar el cuidado de los hijos como una "carga".
Parir y cuidar a la siguiente generación no es una "carga", es la pieza fundamental de toda existencia; sin niños, no hay sociedad. Y eso tenemos que hacerlo las mujeres, por razones biológicas obvias...
Una "carga" es el IVA, el servicio militar, el impuesto sobre la renta, los contratos de trabajo injustos, el interés sobre los créditos bancarios, las hipotecas.... Es curioso que nadie considere eso una "carga" y a los niños y niñas sí....
Por otra parte, los varones SI SE IMPLICABAN en el cuidado y crianza de los hijos, ofreciendo sustento y protección, se implicaban desde su rol de padres, lógicamente.
Los hombres también han trabajado y sufrido para sacar adelante a sus familias.Las mujeres no iban a la guerra, no cortaban leña, no trabajaban en las fraguas ni en las minas. Hay muchas cosas que los hombres han hecho, que son totalmente necesarias para la supervivencia de sus hijos, y que las mujeres no pueden hacer, precisamente porque han de cuidar de sus hijos y porque físicamente no reúnen las características necesarias para ello.
Los tan denigrados "roles de género" han sido totalmente necesarios para la supervivencia humana, y es gracias a que cada uno de nuestros antepasados asumió su rol como hombre o como mujer, es que estamos todos aquí. Así que si queremos respeto para la función que han llevado a cabo las mujeres "durante siglos" como tú bien dices, reconozcamos lo que los hombres han hecho también "durante siglos", que ha sido mucho más que dedicarse a oprimir a la mujer....
La sociedad moderna es que es una sociedad desagradecida y arrogante, que se cree mejor que los que la precedieron, cuando en realidad los hechos actuales no demuestran que hayamos conseguido construir algo mejor que lo que nuestros ancestros nos legaron.
Un saludo.
AsUnción Teso
Muy buena respuesta (y por supuesto buen artículo, dicho sea a la autora).
EliminarTanto hombres como mujeres tienen roles diferentes por su naturaleza. La evolución de nuestra especie lo ha fijado así y lo políticamente correcto en cada momento, solo es la adaptación de los intereses de quien domina la sociedad entonces (el estado).
Saludos.
PD: como actual "amo de casa" admiro y envidio la paciencia de las madres. ;-)
Creo que en tarea de sacar adelante a los niños no solamente estaban implicadas las mujeres sino toda la sociedad. Pienso que a las mujeres les hubiera sido mucho mas dificil llevar la maternidad a buen termino si no hubieran disfrutado de las condiciones que les brindaba la sociedad por medio del esfuerzo que ponían los hombres. Es ahora cuando a causa de el feminismo y de la biopolitica muchos hombres se están dando cuenta que la paternidad y el matrimonio no son caminos validos cuando muchas mujeres se estan viendo sin medios para ser madres. Lo cual cierra un circulo vicioso en el que al final todo acabamos perdiendo.
ResponderEliminarLa Tuerka: el Tornillo (Machunos I y II)
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Zx9-hoFsCYc
http://www.youtube.com/watch?v=wDratm-6GB0
http://wiki.15m.cc/wiki/El_Tornillo
http://wiki.15m.cc/wiki/La_Tuerka
Siempre es un agrado leer reflexiones de personas inteligentes.
ResponderEliminarSobre el origen de la primera desigualdad, lo que se ha dado en llamar el Patriarcado, el profesor Wagner tiene un par de capítulos muy interesantes en su libro sobre las primeras civilizaciones de oriente medio.
http://sargonid.blogspot.fr/2008/03/guerra-descendencia-y-sumisin-femenina.html
es la Iglesia estado la que condena a la mujer y utiliza e inculca enseñanzas machistas y de sumisión en la mujer
ResponderEliminarLas madres son las q se han encargado de criar y educar a los hijos, pero no hay q olvidar que la sociedad desde hace siglos es machista, debido a las religiones católica/cristiana, musulmana y otras. Se nos ha inculcado desde siglos, q la mujer en su casa, cuidando, cocinando y callada, porq así lo determino dios. Los listillos de la élite, estaban en contra de las mujeres según la historia, porque no queríamos guerras, y con sus concilios, pusieron q el amigo invisible=dios, había dictado q teníamos q obedecer a los hombres y no decir nada, si no, iríamos al inventado infierno. De aquellos polvos estos lodos.Si reclamamos nuestros derechos somos feminazis, si nos comparamos con los hombres debemos ser sumisas y estar en casa sometidas a la dictadura patriarcal. A vuelto Franco, solo hay que ver lo q trajo PPC's con meter a los curas de nuevo, abiertamente a la iglesia en nuestras leyes y opinar. Hasta han pagado el libro "Se sumisa" y de ahí sin parar.
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