HACIA
UNA ERÓTICA DE LA EXPERIENCIA.
ENTREVISTA A EVA
Después de la entrevista a Claudia recuperamos el acopio de experiencias que nos acerquen a la realidad de
la erótica en nuestros días. Eva, me ofreció hablar de sus vivencias y ella
misma se presenta y contesta a mis preguntas con total sinceridad.
HABLA EVA:
Me llamo EVA, soy española y
vivo en Barcelona.
Cuando Prado me informó del
proyecto de hablar sobre el erotismo como experiencia, enseguida me interesó, pues eso suponía reflexionar y razonar algo muy importante pero para el que
no hay un espacio en nuestra vida. El
erotismo cada día está más ausente de nuestras vidas, probablemente
porque es un espacio de libertad y unicidad, y este es un mundo de esclavitud,
uniformidad y borreguismo.
Al final de los años 70 un chico
puso una cámara de vídeo escondida en las escaleras del Metro de París que
filmaba de abajo a arriba. La cinta mostró que muchas mujeres que llevaban
faldas usaban medias con ligueros y no llevaban bragas. Aquella anécdota me
encantó. Me imaginé a todas esas mujeres yendo a trabajar pero con el cuerpo
dispuesto a disfrutar sensualmente. Qué listas, pensé. La literatura erótica
tiene en el país galo una larga tradición, y no es soez ni obscena, sino que
puede ser elegante y muy excitante. Personalmente, siempre me ha gustado tener
a mano alguna novela erótica, pero en francés. En español no me resulta tan
sugestiva, no sé, manías.
Algo que sólo acontece en la
intimidad de la cama, mi lugar favorito. El coche, un ascensor, un cine,
un camino perdido en un monte del País Vasco, un columpio, la oscuridad de un aparcamiento, la mesa de
la cocina y hasta un rincón del museo de arte abstracto de Cuenca han sido
espacios de electrización erótica que guardo como tesoros en mi memoria de los
polvos de estrellas, pero la intimidad de las sábanas no tiene rival, ese
espacio mágico, cálido, envolvente, en el que nacemos, amamos y morimos.
Me ha costado muchos años
comprender que el sexo puede ser satisfactorio sin llegar al orgasmo. Lo decía,
pero no lo pensaba, en el fondo cuando yo o mi pareja no alcanzábamos el
orgasmo sentía que de alguna manera, la relación era incompleta. Que en el
fondo no lo habíamos logrado plenamente. Ahora, con el tiempo, y el descenso de
mi deseo sexual, he finalmente sentido
satisfactorias unas relaciones sin coito y sin orgasmo, aunque si tengo
que elegir, prefiero llegar porque todo mi cuerpo recibe una descarga eléctrica
que me deja suave y rendida. Curioso, una descarga eléctrica que me descarga de
la tensión. El cuerpo es misterioso.
P. E.: Háblame de las fuentes de
inspiración de tu vida erótica.
Se suele decir que el sexo es
mental, y doy fe de ello. Por supuesto que un amante que sabe acariciar el
clítoris con sutileza será mucho más excitante que los que lo tocan
mecánicamente, pero al final, es la película que tengo en la cabeza la que me
llevará a la excitación máxima. Y en mi caso, estas películas suelen ser
escenarios de transgresión. Sí,
transgredir el orden moral establecido es muy excitante para mí. Mis
fantasías eróticas son tan políticamente incorrectas que soy incapaz de
describirlas. Incluso desde el anonimato que me brinda este lugar. Apenas me
atrevo a apuntar que tratan de esclavas y esclavos, orgías en villas romanas o
en monasterios, mujeres azotadas y torturadas sofisticadamente, zoofilia... El
Marqués nunca anda lejos.
Pero el origen de mis fantasías
eróticas no ha sido la literatura erótica, sino que he encontrado en ella el
eco que ya estaba en mí. Por cierto, los videos pornos son bastante malos. Hubo
una época que buscaba algo diferente, y era muy difícil. Casi todos están
claramente rodados para satisfacer a los espectadores, mientras nosotras no
contamos. Hasta pensé en dedicarme a escribir guiones pornos, tan penosos, feos
y repetitivos me parecían todos! jaja!
Muchas veces me he preguntado
cómo puede ser que mis fantasías sexuales sean tan violentas si en la vida real
la agresión y la violencia sobre las personas me descomponen. También debo
señalar que soy incapaz de soportar esas torturas en mí misma. Simplemente las
imagino, y lo que es más curioso, es que la mayor parte de las veces en estas
imaginaciones yo soy un hombre que somete a esas mujeres imaginarias. La mente
es un auténtico misterio. Bueno, todo es un misterio! El cosmos, la energía, la
vida, el erotismo…
He estado muy culpabilizada por
estas fantasías, avergonzada por tener una mente “retorcida” hasta que por fin
he comprendido que así es mi mundo interior en ese ámbito, y que mi juicio
sobre ello no cambiará nada. Creo que debemos aceptarnos como somos. Y que es
un mundo mental, pues jamás podría someter a nadie a semejantes vejaciones.
Finalmente, he llegado a pensar que estas fantasías
sadomasoquistas son heredadas de mis vidas anteriores. Es como si en otra vida
hubiera sido un hombre que practicaba
todas esas cosas. También creo que en la prehistoria, hombres y mujeres en la
penumbra de las cavernas practicaban sexo en grupo; pero no era sexo, como lo entendemos
nosotros, era más bien un ritual de comunión, pues ellos estaban mucho más
cerca de lo mágico, de lo sagrado que nosotros que practicamos un sexo egotista
y carnal, completamente desvinculado del misterio de la vida.
P. E.: ¿Cómo ves la situación sexual
de las mujeres hoy?
No puedo contestar a esta
pregunta, no tengo información. Las mujeres de mi edad que tengo a mi alrededor
suelen estar separadas y sin pareja. Supongo que recurrirán a la masturbación,
pero no es un tema del que yo hable con ellas. Si no surge, yo no lo provoco.
Hace unos años, hablando con una vecina de unos 35 años sobre los métodos
contraceptivos, le dije que yo utilizaba el diafragma. Para las que no saben lo
que es, lo recomiendo: es como un sombrerito de plástico que se coloca con
crema espermicida en el fondo de la
vagina, sobre el cuello del útero justo antes de la penetración. Se retira a la
mañana siguiente, se lava, se seca y se guarda con talco en su cajita. No se
nota y al menos no está el pene envuelto en plástico… Bueno pues cuando le
expliqué lo que era, me dijo que qué
horror, que ella no se metía los dedos en la vagina nunca. Tenía tres hijos.
Los miré y pensé en el camisón con agujero… Creo que podrías lanzar una
encuesta entre tus lectoras para que nos enteremos de lo que pasa de verdad. Sospecho
que la vida sexual en este país es muy pobre y está llena de frustraciones.
P. E.: La monogamia como opción
tiene fama de ser una opción segura pero aburrida ¿Cómo la vives tú?
Gracias por utilizar el término
monogamia, porque se suele confundir con fidelidad. Puedes ser fiel y polígamo.
Puedes ser monógamo e infiel. La fidelidad tiene que ver con la claridad en tu
compromiso y cumplir con lo pactado. Si tienes varios compañeros sexuales y tu
pareja lo sabe, eres fiel. Fiel a tu palabra.
Hay personas que dicen tener una
pareja abierta pero luego se encelan si ven que su pareja se interesa mucho por
la otra persona… Se mienten, no son claros, luego son infieles de alguna manera
porque anuncian libertad y luego no la hay. Es muy difícil no ser posesivo, la
verdad que Claudia me ha parecido una mujer muy impresionante, de gran templanza,
fortaleza y claridad.
He tenido varias parejas, y
algunas han durado mucho. Aunque haya
tenido algún amante esporádico mientras estaba en pareja, siempre lo he vivido
como una gran traición, pero luego entendí que esta aventura se debía a una
carencia. En general puedo decir que siempre he sentido que mi vida sexual era satisfactoria dentro de la monogamia,
que yo entiendo como la entrega plena, incondicional a una persona con la que
comparto la parte más secreta de mí. Cuando he tenido aventuras estando en una
relación estable de pareja, cuando estaba en brazos de uno, pensaba en el otro,
y viceversa, y encima con la losa de la culpa. Aquello se convertía en una
pesadilla, no tenía ninguna gracia!
No creo que la monogamia sea una
“opción”, no se elige. Lo eres, y ya está. Como contaba Claudia en su
entrevista, ella lo es pero su pareja no. Lo que es aburrido no es la monogamia, es
estar con una persona aburrida a la que no deseas, y que tampoco te desea. Creo
que ese aburrimiento es el resultado del miedo: la gente se queda en la misma
pareja por miedo a la separación, a la
soledad y todo lo que viene detrás.
Cuando era joven creía que la
atracción sexual desaparecía a los dos años de relación, pues era lo que me
había pasado. Pero luego conocí a una persona que ha sido mi gran compañero
sexual durante más de 35 años… Es algo muy especial. Es un tipo de monogamia en
el tiempo. Nos conocimos, nos separamos, nos casamos, nos separamos de aquellas
otras parejas, nos volvimos a reencontrar, y nos volvimos a separar, luego nos
reencontramos…y así hasta hoy, esto no
tiene fin. Como comprenderás, esta monogamia no es nada aburrida… jajaja!! Y la
verdad, en la historia de mi vida erótica está él, y todos los demás. Ni color.
Me siento muy afortunada por haber
tenido esta vida erótica tan colorida y llena de sorpresas.
P. E.: Podríamos llamarlo
entonces una experiencia de renacimiento o reencuentro pertinaz a lo largo de
la vida ¿qué aportan los entreactos a tu centro erótico?
Qué bonita expresión, mi centro
erótico… Sí, este hombre es mi centro erótico, es un maestro. Cuando hace el
amor, todo su ser está atento, conectado, como en trance. Intuye, presiente,
comprende, cambia, inventa…No hay dos veces iguales, no tiene trucos, ni
técnicas que aplica desde el pasado, sino que
actualiza su saber adaptándolo al momento presente. También me dice que
sólo le pasa conmigo, pues esto es algo que se hace y construye de a dos.
Los entreactos me han servido
para ver con más claridad lo que él es para mí, lo que me gusta. Las
comparaciones no son odiosas, son necesarias, fundamentales. Son la base de
nuestro conocimiento. Si no comparas no sabes si algo es alto o bajo, dulce o
salado… Esa frase hecha es tan estúpida como decir “sobre gustos no hay nada
escrito”. Sobre el gusto hay escritas bibliotecas enteras, otra cosa es haberlo
leído…
Los entreactos son experiencias
que permiten comprender mejor quién soy, dónde estoy, donde quiero estar y
donde no. Sospecho que las personas que se casan con su primera pareja y les
son fieles hasta la muerte carecen de curiosidad, o tal vez tengan miedo.
P. E.: Habéis tenido muchas
crisis, ¿Qué aportan a la experiencia amoroso-sexual?
Las crisis se deben a etapas de
crecimiento personal. Es difícil que dos personas se desarrollen al mismo
ritmo. Nuestra primera crisis ocurrió cuando éramos veinteañeros. Toda la
iniciativa que tenía en lo erótico era la que le faltaba en la vida real,
ámbito en el que lo veía extremadamente dependiente e inactivo. Eso me alejó de
él. Cada uno tuvo sus historias, sus parejas y sus hijos, pero cuando de vez en
cuando nos veíamos, aquello era un terremoto! Es como si necesitáramos vivir
aquellas experiencias al margen de nuestra invisible unión para seguir nuestro
camino vital, que yo vivo como un camino de fortalecimiento y afianzamiento de
nuestro ser interior.
El segundo alejamiento se
produjo por algo semejante: sentía que a medida que yo iba buscando, indagando,
estudiando, él se encerraba más y más en su rutina existencial y se iba
vaciando de sí mismo. Esta segunda crisis provocó en él una profunda convulsión
y una toma de conciencia que, al cabo de un tiempo, nos ha vuelto a unir. Es
como si uno fuera caminando, el otro queda rezagado y, cuando ya no se le ve y
lo dabas por perdido, echa a correr, te alcanza y te vuelve a dar la mano. Cada
uno tiene su ritmo y compás. Cuando te
vuelves a unir después de una separación es emocionante. Vuelve a aparecer el
deseo y, como cada uno está más consciente de quién es y lo que quiere, la
relación es más profunda, más sincera, más íntima, más madura.
P.E.: Un resumen y un consejo.
Para los orientales, el símbolo
del amor es el tallo de loto porque cuando lo quiebras, las dos partes siguen
unidas por unos filamentos que, por mucho que tires y tires, siguen alargándose
uniendo las dos partes sin fin. Cuando lo ves no te lo puedes creer: tiras y
tiras y no se rompe ni se acaba, y te
preguntas ¿de dónde sale todo ese hilo?
Las relaciones no se acaban,
todas esas personas amadas están de alguna manera ahí, en nuestro corazón,
unidas eternamente a nuestras vidas. Y es importante aceptar ese vínculo eterno
como parte de nuestra historia vital. Solemos decir “me equivoqué”, “fue un
error estar con esta persona” pero no hay equivocación. Si lo hicimos es porque
no podíamos hacerlo de otra manera, no había elección, necesitábamos vivir esa
experiencia. Juzgarnos nos lleva al rechazo de lo que somos y nos divide entre
el que juzga y el que es juzgado, convirtiéndonos en verdugos de nosotros
mismos. Sólo aceptando lo que somos no uniremos a quienes somos, y podremos
encontrar la armonía. Querer cerrar la puerta, borrar definitivamente una
vivencia sentimental parte de una condena de lo que somos, un renegar de lo que
hemos hecho, eso, además de no servir para nada, nos puede enfermar.
Recuerdo una amiga mía que se
separó del padre de sus hijos, me decía que le odiaba tanto que deseaba su
muerte. Al cabo de un tiempo la tuvieron que operar de los riñones, pues los
riñones son los órganos donde se sitúa nuestra relación de pareja, por eso son
dos. (ver La enfermedad como camino,
Dethlefsen y Dahlke)
Mi experiencia me ha enseñado:
sé sincera contigo misma; sé clara con tu pareja; permítete sentir lo que
sientes; no le eches la culpa al otro de lo que te pasa; acepta lo que has
hecho y lo que deseas como parte de ti, y no te juzgues; no temas la
curiosidad, la investigación, la soledad ni la separación; si no tienes una
vida sexual satisfactoria con tu pareja, investiga en tu corazón por qué estás
con esa persona, acéptalo y actúa en consecuencia.