Comparto este artículo
de mi amiga Teresa Domingo Catalá, poeta y dramaturga. si es verdad que, como
decía Simone Weil, el pueblo está más necesitado de poesía que de pan, vivimos
hoy en la mayor de las penurias pues la lírica está siendo acosada y marginada
como toda la vida espiritual y estética, como todo lo excelente y lo sublime.
Por eso agradezco mucho a las personas como Teresa que trabajan duro para satisfacer nuestra hambre de poesía. También a los que nos ofrecen otros alimentos como José Manuel Pineda, el autor de las fotos que lo ilustran, auténtica lírica visual.
LA POESÍA
Y LA ALIENACIÓN HUMANA
¿Cómo definiríamos la
poesía? ¿Qué palabras nos vienen a la mente para definirla? ¿Qué dota a un
texto de lo poético? ¿Y por qué un texto es poético y otro no lo es, aunque los
dos estén en verso o los dos estén en poesía en prosa? ¿Quién de nosotr@s
se atrevería a definir la poesía?
Si consultamos el DRAE – el Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española - nos encontramos con la siguiente definición:
1. f. Manifestación de la
belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en
prosa.
2. f. Cada uno de los géneros
en que se dividen las obras literarias. Poesía épica, lírica, dramática.
6. f. Idealidad, lirismo,
cualidad que suscita un sentimiento hondo de belleza, manifiesta o no por medio
del lenguaje.
Nos
encontramos con varias palabras clave: belleza,
sentimiento estético, lirismo, idealidad.
Si buscamos lírico o lírica en el DRAE nos encontramos con ocho
definiciones. Dos de ellas dicen lo siguiente:
ñQue promueve una honda compenetración con los sentimientos
manifestados por el poeta.
ñ Género literario al cual pertenecen las obras, normalmente
en verso, que expresan sentimientos del autor y se proponen suscitar en el
oyente o lector sentimientos análogos.
Así en la definición de poesía nos encontramos con que las palabras clave son: búsqueda de belleza, de idealidad, de sentimiento estético y de sentimientos personales que buscan trasladar al lector o lectora emociones estéticas o sentimientos particulares.
A lo largo de la historia de la literatura – y en concreto de la poesía – ha habido muy diferentes maneras de desarrollar estas características. De los florilegios del Barroco a la irracionalidad del Romanticismo hasta llegar a la poesía contemporánea ha llovido mucho y es natural que el género se renueve y adopte nuevas formas y perspectivas. Es absurdo escribir un poema como si el o la poeta todavía viviera en el Renacimiento y fuera contemporáne@ de Petrarca. Cada nueva época trae un nuevo modo de arte y eso es benéfico y necesario para enriquecer el acerbo común.
En la
actualidad, afortunadamente, hay excelentes poetas –tanto hombres como mujeres– aunque no nombraré a ningun@
porque es imposible citarlos a todos y a todas, y no quiero omitir a nadie por
descuido o por ignorancia.
Pero ha
surgido o está surgiendo una corriente poética que me llama la atención.
Leyendo sus postulados me doy cuenta de que es una poesía hija de nuestro
tiempo pero no como reacción a la deshumanización y a la alienación humanas
sino precisamente todo lo contrario: esta corriente, que se llama Intrapoesía,
utiliza esa alienación y esa deshumanización para crear una nueva forma de
escribir poesía.
Si el
lirismo es precisamente escribir sobre sentimientos y emociones la Intrapoesía
se basa en escribir con una estructura lógica, sin sentir personal. Es un
análisis, una exploración de ritmos y conceptos. Si hay un deseo en esta
corriente es el deseo de ser otro, y el deseo concebido como una consecución
inmediata de lo que se desea o como ellos dicen, el deseo convertido en hecho.
La base es salir de nosotros, la imaginación debe ser racional: la metáfora es
transformar un dato o un comentario en imagen. Entrar en un proceso de
objetividad, o sea, despersonalizarse. Una poesía impersonal que palpita –solamente– en las vidas ajenas.
Si
analizamos la sociedad contemporánea vemos en nuestra manera de vivir una
creciente alienación del ser humano, una
objetivación de las personas, concebidas como objetos, como cosas, tratadas
como tal en sí mismas y entre sí por una sociedad estatalizada y capitalista
que pretende despojarnos de humanidad y convertirnos a tod@s en mercancía, en menoscabo de la vida espiritual y de los ricos
sentimientos de que es capaz el ser humano. Una sociedad basada en el
cumplimiento inmediato del deseo y no en su limitación, convirtiéndonos así en
esclavos de nuestros apetitos. Para ser
libre el sujeto debe ser capaz de limitar sus anhelos y ser capaz a la vez de
resistencia frente a la frustración. La vida no siempre nos da aquello que
queremos en el momento en que lo queremos. Debemos aprender a esperar y a
disfrutar del proceso de vivir nuestra vida, no las vidas y sentimientos de los
demás. Convertir todo en un proceso racional significa dejar apartado toda la
riquísima vida irracional que es la que marca nuestras vidas y la que en
realidad nos empuja a la hora de vivir aunque debe estar matizada siempre por
la razón.
La vida –y la poesía también, ya que
como todo acto creador es un proceso vivo– está llena de sentimiento y de
razón, y el pensamiento racional debe dirigir el impulso irracional pero nunca
matarlo. El deseo es fuente y motor de vida pero siempre debe estar limitado,
de lo contrario seríamos esclavos de nosotr@s mism@s. Pero una vida sin emociones propias, una vida solamente lógica,
de deseos cumplidos, de querer ser en otros, objetivada, es una vida de
autómatas, y la Intrapoesía defiende una poesía de autómatas, nacida en una
época de autómatas.
Si
despojamos a la poesía de su componente
personal, subjetivo e irracional la estamos despojando de su esencia, así como
el Estado y el capital pretenden despojarnos de nuestra esencia humana.
Si en
nombre de la poesía de la experiencia se han escrito verdaderos engendros
poéticos, en nombre de la poesía de la referencia, ¿qué se escribirá? ¿Qué
humanidad habrá en ella? ¿Qué sentido tiene que me ponga a explorar en
sentimientos ajenos que no tengo manera de conocer ni de sentir? ¿Por qué el
deseo tiene que cumplirse de manera inmediata, por qué debo desear ser quién no
soy? Cuando precisamente la poesía es una excelente conductora para entrar en
el mí mismo y una ayuda excelente a la hora del desarrollo personal.
No es una
casualidad que sea ahora, precisamente en este período histórico, que se inicie
una corriente como ésta. Es hija de su contemporaneidad y de un modo de vida
que cada vez es más despersonalizado, inmediato y basado en una supuesta
racionalidad que nos lleva al desastre humano más colosal que se ha vivido en
la historia.
Pretenden
despojarnos de nuestra idiosincrasia, de lo que nos hace humanos, de la misma
manera que se pretende despojar a la poesía de lo que la constituye.
Pretenden
matar nuestro eros de la misma manera que se quiere matar el eros de la poesía.
Página de Teresa: www.teresadomingocatala.eu
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