EN OTRO
MUNDO
Volviendo del encuentro de Jaca en Lozoya el espacio privado
de la casa, los tiempos de la ciudad y el trabajo resuenan fríos y tristes en
el alma.
Durante cuatro días vivimos en otra dimensión, convocamos al
espíritu de la comunidad como organismo vivo y auto-regulado. De los cero a los
muchos años, personas de todas las edades compartimos no solo un mismo espacio
sino un solo mundo no fragmentado por edades, ideologías, lenguajes, indumentarias,
gustos o preferencias. En un solo plano cohabitaron lo cotidiano y lo
extraordinario, las necesidades del cuerpo, las del entendimiento y las del alma.
Mesas redondas, comunicaciones, talleres, niños y niñas que maman, que corren,
que inventan, que se autogestionan pero
respetan el espacio sagrado en el que se reflexiona, se analiza y se concentra
la atención de quienes deseamos comprender algo más el mundo e intervenir en
él.
El espíritu de Jaca está más allá de defender un ideario muy
definido, es algo más ancestral, más entrañado y entrañable, se trata de
recuperar la unidad de la vida y el valor de formar un solo cuerpo para volver
a encontrar el uno, la propia identidad y singularidad en el caldo primigenio e
indiferenciado del todo, del común.
Espacios para escuchar, para hablar, para asentir y
discrepar, debatir y buscar alternativas, explicar, entender, amamantar,
cuidar, sentir, comer, disfrutar del paisaje, cantar y contar, hacer lo
previsto o improvisar, dormir (poco), compartir, conocerse, pasear. Criaturas
que observan y se nutren, adolescentes que se liberan de la obligación impuesta
de ser secos y cerrados, madres nutricias para los bebés y madres nutricias
para el colectivo que se ocupan de que no falte nada.
La posibilidad de que la sociedad se regenere se hace más
visible cuando entiendes física y materialmente que la comunidad es el producto
de esa complejísima retícula que tejen las necesidades vitales, la delicada
presencia de los afectos, el amor por la verdad sin descuidar el amor por la
vida, el equilibrio entre lo pensable y lo posible, la capacidad para tener
límites y ponerlos primero a uno mismo que a los otros, el respeto universal y
el amor que trasciende las afinidades, la proporción equitativa entre lo
individual, lo familiar y lo social, la asunción del conflicto y el
desencuentro como partes inevitables de la vida humana. Si hubiera una
revolución tendría que ser, a su manera, una expansión del espíritu que vivimos
estos días.
El calostro que ha sido el símbolo de los encuentros de Jaca
como encarnación del líquido sagrado de la vida ha convivido estos días con el
dolor y la pérdida de la muerte. Faltó Lola Ruiz, a quien no tuve la suerte de
conocer en vida, y su falta nos recordó en cada momento que, aunque efímera, la vida ha de ser celebrada.
Queremos...necesitamos crear espacios donde recordar lo que nuestro espíritu ancestral ya conoce, donde aprender a vivir de nuevo como unidad, sin ideologías, sin dogmas, sin dioses ni amos, donde recuperar nuestra soberanía. Cada vez más gente se ve impulsada (o empujada) a dejar la zona de confort y empezar a vivir con los valores éticos de la nueva sociedad:
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Hace apenas dos meses escasao que visito este blogs, y a sido el encontrar mi yo perdido: cuantas veces me he prenguntado, ¿ Como es que no encajo en ningun grupo?? Por una amiga lo conoci y cadadia veo que no soy la unica buscadora. Leo a Prado, la escucho y siento como le pone voz a mi pensamiento. A la vez, descubri a Selix y me siento libre de escribir sin saber si es corecto o no. He vivido rodeada de perosnas con un nivel academico alto, con titulos huniversitarios, no me he dejado castrar, me he atrivido a escribir aun a sabienda de las correciones, las criticas sarcasticas, aun asi, no han callado mi voz, Gracias por encontrar un espacio para crecer como persona, como SER HUMANO.
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