JORNADA SOBRE
CICLOS VITALES
Ayer, 9 de febrero, realizamos el curso
"Ciclos vitales, erótica, maternidad y crianza". Fue una jornada intensa
en muchos sentidos, por la altura y profundidad de los contenidos tratados, por
los lazos que se establecieron en el grupo, la comunicación fluida y fácil y el fuerte
trabajo colectivo.
Comenzamos con la reflexión sobre el
Eros en una sociedad que ha roto la convivencia, la necesidad de recuperarnos
como seres humanos y rehabilitar la trama de los vínculos sociales para hacer
sublime el abrazo amoroso creador de vida. Amor, pasión, ardor erótico solo son
posibles en una sociedad que haya recuperado su humanidad, su vitalidad y amor
por la vida, son patrimonio del individuo que se tiene por tal, por sujeto de
su propia existencia y su futuro. En definitiva una vida mediocre no puede
sostener una experiencia erótica sublime.
En la segunda parte nos abrimos al
proceso creador de la vida, el embarazo y el parto como asuntos de enorme
trascendencia individual y también social. El parto como experiencia salvaje y
como experiencia sagrada. Hablamos de las hormonas que acompañan los más grandiosos actos
humanos, del cuelgue amoroso que une a la criatura con la madre, de úteros
vibrantes y partos en éxtasis. De la función castradora del miedo y los graves
peligros que acechan en la sociedad actual al acto más natural y más sagrado
que da origen a la vida.
Para finalizar nos acercamos a las
formas de integrar en nuestro nicho la nueva vida, las nuevas criaturas.
Hablamos de crianza desde la experiencia, desde la escucha y el sentido común.
De recuperar el instinto, la observación, la reflexión y la tradición. Hablamos
de educar desde el ser y no desde el decir, de madres que amplían su
perspectiva vital en lugar de verse limitadas por su nueva condición, de
padres que ofrecen su aporte varonil a la crianza y de criaturas que no son
objeto sino sujeto de su crecimiento.
Concluimos que educamos para vivir en
este mundo, con el horror y la degradación que le son propios, y rompimos los
binomios que todo lo falsean quebrantando los paradigmas dominantes y los pares de
opuestos sobre permisividad, severidad y exigencia en la educación.
Lo mejor del día, desde mi punto de
vista fue el grado de movimiento interior y concentración que alcanzamos. Despiertos los
sentidos, la inteligencia, las emociones, los instintos. A lo largo de la jornada
la oxitocina inundó mi cuerpo en muchos momentos al evocar situaciones vividas
intensas y amorosas, potentes y salvajes, también al compartir con tanta
intimidad esas experiencias con personas que, en muchos casos, unas horas antes
ni siquiera conocía.
Gracias a todas y todos los que
estuvísteis ayer con nosotros.
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