Unas
queridas amigas de Argentina me han realizado una entrevista que os enlazo.
El
colectivo Féminas artemisas son un grupo de mujeres empeñadas en la reconquista
de una feminidad no sumisa en estos tiempos de anulación de lo femenino en la
mujer.
Entrevista
a María del Prado Esteban:
"Tenemos
un deber histórico de reconstruir nuestra Feminidad"
Prado
Esteban es una escritora y militante española que ha tomado la responsabilidad
de denunciar el Feminismo de Estado, develar la verdad sobre el pasado de la
mujer y llevar un mensaje revolucionario anti-sistema a las mujeres de habla
hispana en el mundo. Es autora del libro "Feminicidio o
autoconstrucción de la mujer", en el cual revisa el supuesto
"sometimiento" de la mujer del cual nos habla la historia y el blog
"Mujer, verdad y revolución integral" donde expone algunas de sus
investigaciones sobre feminidad, maternidad, sexualidad, feminismo y política.
ARTEMISAS la ha entrevistado y éste es el resultado de nuestro intercambio.
1) ¿Por qué
estás en contra del feminismo?
Yo
estoy contra el Estado y su ensanchamiento permanente, estoy en contra de la
tutela institucional de las mujeres, en contra de la biopolítica, sea ésta
natalista como antaño o antinatalista como ahora, en contra de la apología del
trabajo asalariado, en contra de la mercantilización de los cuidados y de las
necesidades vitales de las personas. Estoy en contra del sexismo sea éste
misógino o androfóbico, en contra del enfrentamiento entre las mujeres y los
hombres, en contra de la violencia intersexual, en contra de la derivación de
la energía femenina hacia la empresa, el Estado y el ejército, en contra del
complejo de inferioridad femenino, en contra del victimismo y el resentimiento
de grupo o de clan. Estoy en contra de que existan leyes especiales para
"proteger" y "privilegiar" a las mujeres a cambio de
obediencia, estoy en contra de la destrucción planificada de las instituciones
horizontales de convivencia para hacer emerger fórmulas burocráticas de
encuadramiento dignas de las peores distopías, en resumen, quien defienda estas
nocividades me encontrará enfrente.
Hoy
el feminismo dominante defiende ese programa porque es una pura excrecencia del
poder, sobrevive únicamente porque es subvencionado y protegido por las
instituciones, es, en realidad, una parte más de los órganos de gobierno de la
sociedad, cualquiera que se sienta miembro del pueblo, amante de la libertad,
defensor de la condición humana tiene que estar en contra de esa ideología
destructiva e inicua, pero no pongo en duda que existan personas que se llaman
a sí mismas feministas y quieran luchar contra la lacra de las políticas de
género del los Estados y los grandes centros de poder mundiales, con esas
personas colaboraría gustosamente.
2) ¿En qué
momento te diste cuenta que el feminismo no te representaba como mujer?
Nunca
estuve cercana a las corrientes feministas, creo que había dos cuestiones
fundamentales que me alejaban de su programa, la primera mi pertenencia a la
cultura tradicional de la ruralidad hispana a través de mi familia materna, una
cultura ancestral en la que las mujeres hablaban con voz propia y eran
profundamente respetadas por sus méritos y sus capacidades y no por cortesía.
Las mujeres de mi infancia eran inteligentes sin soberbia, capaces y
polifacéticas, enérgicas sin despotismo, amorosas sin cursilerías, tenían mucha
fuerza interior, por eso yo no podía vivir bajo el complejo de ser mujer que
defendía Simone de Beauvoir, no encontraba que mi cuerpo de mujer fuera causa
de ninguna desgracia y me parecía que el feminismo, el que yo conocí al menos,
representaba una visión resentida y anti-femenina. La segunda era mi fuerte
impulso hacia la maternidad que había sido satanizada como origen de todos los
males de la mujer y que para mí era una necesidad fundamental.
Eso
no significa que no fuera consciente del ascenso social del machismo que era
mayor en la sociedad urbana y moderna que en las aldeas de mi infancia. Fui
beligerante con el machismo como creo que hay que serlo con todo lo que es
perverso e injusto pero nunca consideré que hubiera nada en la condición
masculina que hiciera inevitable esa lacra del sexismo. Con la misma energía
que me opongo al machismo me sitúo en contra del sexismo femenino hoy en alza,
pues no son en realidad ideologías enfrentadas sino complementarias.
3) ¿Qué te
llevó a investigar y escribir tu libro "Feminicidio o Auto-Construcción de
la Mujer"?
Hubo
un tiempo en que consideré que había un error fundamental en el sexismo
femenino pero más adelante me hice consciente de que no era únicamente una
equivocación o un disparate lo que se escondía tras esta ideología sino que era
una parte fundamental de la estrategia del sistema para destruir al pueblo y
todo rastro de la vida horizontal en primer lugar y convertirnos en seres
mutilados y deshumanizados, ganado de labor sin autonomía, sin vida erótica,
sin lazos y sin afectos, sin raíces y sin energía vital, sin vida interior ni
convivencial.
Entendí
entonces la gran tragedia que significaba que nadie hubiese tenido el arrojo y
la clarividencia de desmontar esa maniobra en sus orígenes cuando todavía
quedaba en la sociedad algo de sentido común y los aparatos de adoctrinamiento
e ingeniería social eran primitivos, pero comprendí también que, incluso en una
situación tan desesperada como la de hoy alguien debería dar la voz de alarma,
llamar a recuperar la cordura. Me encomendé esa tarea para la que no estaba
preparada y que era, en realidad, mucho más grande que mis capacidades.
Afortunadamente conté con la ayuda de Félix Rodrigo Mora, una persona cuyo
esfuerzo en pos de la verdad es un auténtico regalo al mundo.
4) ¿Por qué
crees que tu libro ha sido censurado y perseguido?
En
las sociedades del presente, bajo regímenes parlamentarios, la falta de
libertad es la norma. La más esencial de las libertades, la de conciencia, es
violada a diario acosada desde el sistema educativo, la prensa, los medios, el
"arte", la publicidad, los funcionarios del Estado del bienestar, las
redes sociales etc. etc. La mentira es obligatoria, la historia es revisada,
las personas reescriben sus biografías para adaptarlas a la ortodoxia del
sistema.
La
censura es poco usada porque casi nadie osa salir del dogma establecido pero si
alguien se atreve a desafiar la "verdad" del sistema todo el aparato
de persecución se pone en marcha.
El
aparato de las políticas feminicidas no se basa en un movimiento equivocado que
pueda ser convencido con argumentos es un auténtico ejército de funcionarios,
grupos empresariales, grupos de pagados y paniaguados del sistema que actúan
como policías del pensamiento.
Nuestro
libro se ha atrevido a poner en cuestión la ortodoxia y hacerlo con una masa de
documentación, investigación y hechos que hacen difícil el desmontar sus
presupuestos, por eso la censura, el insulto y el acoso era la única forma de
enfrentarse a ello.
5) ¿Cuál es
la situación actual del feminismo en España?
En
una encuesta reciente únicamente el 1,7 de los españoles y españolas se definen
como feministas, no hay pues un movimiento popular poderoso y mayoritario a
favor de las políticas de género, es el aparato burocrático vinculado directa o
indirectamente al Estado que sufrió un salto descomunal con la aprobación de la
Ley de Violencia de Género y la creación del Ministerio de Igualdad el que
sostiene con una creciente inyección de fondos la presencia de esta ideología
en todos los espacios sociales.
Más
de un millón de funcionarios de la sanidad, la educación, los servicios
sociales y otros son, de facto, agentes de género obligados por protocolos y
curriculum a verter el credo feminicida en su ámbito de actuación, varios
cientos de miles más son los que componen los cuerpos policiales y judiciales
que aplican las leyes de género, son miles, además, las cátedras de género, las
fundaciones subvencionadas, las empresas de servicios relacionadas con estas
políticas que se lucran de un negocio floreciente y en expansión.
Si
hubiera libertad equitativa para todas las opiniones, se eliminaran las
subvenciones estatales, desapareciera la legislación y el aparato de poder que
la sostiene, se permitiera la libertad de conciencia y de expresión, el sexismo
político ocuparía el lugar que le corresponde por méritos propios.
6) ¿Qué
implicancias ha tenido la lucha anti-feminista en España?
Creo
que no puede hablarse de lucha anti-feminista, eso no ha existido. Yo, en
realidad, nunca he defendido que tal cosa deba existir, lo que aquí existe es
un sexismo político institucionalizado que depende en todo del Estado y una
sociedad demasiado confundida y acobardada que no lo apoya pero no tiene la
claridad y el ímpetu para oponerse a la corriente institucional. Es cierto que
hay una especie de corriente subterránea de rechazo de las políticas de género
pero son eso, subterráneas.
Únicamente
algunas organizaciones de afectados por la Ley de Violencia de Género y algunos
colectivos de muy escaso poder de convocatoria se han atrevido a hablar, en el
caso de los primeros es triste que no muy pocos no afectados se hayan sumado a
la lucha contra esta ley inicua. La docilidad y el acobardamiento así como el
egoísmo de luchar únicamente por lo que nos afecta personalmente se han
impuesto como norma de conducta.
Por
mi parte creo que hay que establecer un frente de lucha contra los mecanismos
concretos de dominio estatal sobre las mujeres, los debates ideológicos son
debates estériles, eso lo dejo para la universidad y las academias. Nosotros
necesitamos distinguir el bien y el mal en estos asuntos no establecer
principios ni reglas a los que adscribirse.
7) ¿Alguna
vez has tenido problemas legales, amenazas o agresiones por expresar tus ideas?
Hasta
ahora las consecuencias negativas de mis publicaciones han sido pequeñas cosas
sin importancia. No descarto que pueda haberlas en el futuro, la Ley de
violencia de Género ha sido un ensayo de ley de excepción impuesta sin apenas
oposición popular, y mucho menos partidista (se aprobó por unanimidad). si la
sociedad española se aviene a asumir leyes que emulan los peores momentos del
franquismo y que han supuesto una ola represiva sobre los varones
verdaderamente inaudita no puede descartarse que tal corriente se siga desarrollando
con otros aportes legislativos, ya se ha empezado a hablar de un ley contra la
apología del delito machista, es decir, contra la libertad de expresión, eso
podría llevar a que toda crítica a la ley se considerase delito.
8) ¿Cómo
definirías a una mujer femenina?
Lo
femenino tiene muchos componentes, es complejo y no simple. En la sociedad de
los estereotipos y la simplicidad, de los binomios excluyentes, se han creado
unos pocos tipos de mujer que se excluyen y se enfrentan. Así, estamos
obligadas a adscribirnos a alguno de los patrones de feminidad al uso, ha
desaparecido la posibilidad de auto-construirnos como mujeres usando la
experiencia, la reflexión y el aprendizaje a través de los vínculos.
No
soy partidaria de visiones esencialistas de la mujer pero eso no excluye que
valore como fundamental en la construcción de la feminidad la conexión con
nuestra biología, con nuestras necesidades físicas, con la alegría por nuestro
cuerpo y sus funciones sexuales. En esa escucha y esa conexión se construye una
parte fundamental de nuestra feminidad.
Pero
también hay un componente histórico, el femenino no es igual en todos los
momentos ni en todas las sociedades, es también una respuesta a las condiciones
de existencia espacio-temporales-sociales-históricas concretas en que lo crean
las mujeres. En su diversidad y multilateralidad lo femenino auto-creado es
tanto un factor de continuidad con las generaciones anteriores de mujeres como
un agente de novedad y descubrimiento a través de la reflexión y la crítica, la
mejora o la adaptación a las condiciones cambiantes.
También
hay un componente cultural que no se refiere únicamente a la tradición y la
transmisión de conocimientos y pautas de conducta sino a las aportaciones del arte,
la filosofía, la moral etc. puesto que todos ellos en algún momento han
investigado o penetrado en la idea de lo femenino.
Hoy
vivimos una etapa de desfeminización fanática de las mujeres, la represión
sexual es más violenta que en la sociedad victoriana pues hoy es interiorizada.
Estamos obligadas a deserotizarnos, renunciar al amor, a la cópula, a la
maternidad.... Forzadas a hacernos neutras y ambiguas, sin señas sexuales ni
singularidad femenina. Esto está llevando a un colapso biológico de las mujeres,
los desórdenes físicos asociados a nuestros órganos sexuales y reproductivos se
están convirtiendo en una epidemia, al menos en lo que llaman España,
amenorreas, miomas, endometriosis, infertilidad, ovarios poliquísticos etc.
etc. son ahora lo ordinario y no lo extraordinario.
La
erótica libre y no politizada está desapareciendo, ahora la corrección política
ha llegado a la intimidad y duerme con nosotros. A las mujeres, especialmente a
las del pueblo, se nos desea convertir en neo-monjas, escondiendo nuestra
sensualidad, renunciando a las pasiones carnales; la exhibición del cuerpo
femenino o es chocarrera o inexistente, se ha perdido el buen gusto y el arte
de agradar y comunicar voluptuosamente con el sexo contrario. Esos
conocimientos eran también ingredientes de lo femenino en el pasado.
Pero
las mujeres no somos solo cuerpo, vida erótica y maternal, los grandes valores
humanos, las virtudes intelectivas, éticas, estéticas, épicas y heroicas son
para nosotras tan fundamentales como para los varones y hemos de cultivarlas
sin renunciar a darles forma femenina. Hacen falta mujeres combatientes para
una sociedad regenerada, necesitamos una nueva ascética que nos fortalezca, un
nuevo entrenamiento de la virtud, precisamos cultivar la inteligencia, el amor
por la verdad, la fuerza, la adhesión a la justicia, la devoción por la
convivencia y el amor, la capacidad de conciliar e integrar a todos y a todo,
la renuncia al poder, el aprecio y el cultivo del buen lenguaje, la voluntad de
cuidar para la vida y cuidar para la muerte, de cubrir las necesidades del
cuerpo y las del alma, el amor por la libertad, el respeto por lo humano, la
libertad interior y la grandeza de espíritu.
Todo
esto y mucho más tiene que estar en la nueva feminidad del siglo XXI ¡Construyámoslo
en nosotras mismas!
9) ¿Qué
sugerirías a una mujer que duda del feminismo, pero aún no logra ver claramente
por qué es perjudicial?
Les
diría que todo aquello que nos protege y nos privilegia es el veneno con que
nos masacran las instituciones, que no podemos aceptar que dirijan nuestras
vidas por "nuestro propio bien", que no son los derechos que son
otorgados desde fuera sino los deberes que son activos y movilizadores lo que
nos emancipa. Todos aquellos que nos llaman a luchar por derechos nos encadenan
a sus instituciones.
10) ¿Cuál
sería tu mensaje a la mujer moderna?
Tenemos
un deber histórico, una obligación de reconstruirnos como sujetos de nuestra
propia vida y de la historia, rehacer la vida horizontal y con ello regenerar
la sociedad. En nuestro nombre se han cometido las mayores atrocidades en el
último siglo y eso nos compromete al combate y la colisión con el mal
¡Hagámoslo!
Entrevista
por ARTEMISAS. Enero de 2014.
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