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Un comentario a “Feminicidio o auto-construcción de la mujer”




Un comentario a “Feminicidio o
auto-construcción de la mujer”

Quiero compartir una reflexión sobre la lectura de “Feminicidio o auto-construcción de la mujer que me envía un amigo, me parece interesante sobre todo por la parte crítica que coincide con mi propia evolución en los cuatro años que han pasado desde que el libro se publicó.
Un libro es una reflexión cerrada y acabada en el momento en que se publica, el pensamiento no, el proceso de conocer está abierto siempre, es un recorrido permanente individual pero también colectivo porque todo pensamiento expresado hacia los otros resulta en un diálogo enriquecedor y superador. Ese diálogo, que incorpora experiencias cercanas o divergentes, pero todas singulares y tan únicas como lo son las personas, implica mayor acercamiento a la verdad, mayor complejidad y menos rigidez o unilateralidad. Además, un libro es, o debe ser, un instrumento para reflexionar sobre el mundo y sobre uno mismo y es así que en estos cuatro años “Feminicidio…” ha tenido ese valor para mí, me ha proporcionado la posibilidad de conocer su impacto sobre muchas mujeres y hombres que han buceado en sus páginas y han hecho sus propias reflexiones a partir de lo expuesto allí y he podido integrarlas en mi pensamiento. Incluso para mí sus páginas han generado nuevos descubrimientos y mucha reflexión.
Con ese recorrido hoy el libro sería diferente si hubiera de reescribirse y, desde luego, aumentaría en complejidad y matizaciones y perdería ciertos elementos de rigidez.
La exposición de los contenidos del libro y otros temas que he hecho en estos años me han impelido también a iniciar un camino interior de auto-evaluación y meditación sobre mí misma y mi práctica, sobre mi biografía y mis actos que ha derivado en un silencio y un retiro personal que son absolutamente necesarios para que el mundo del discurso no ahogue la necesidad de coherencia. Todo pensamiento tiene que tener un fruto real, tiene que convertirse en acto, en vida, de no ser así no tiene sentido la palabra que sería un vacío, un ruido sin valor ni trascendencia.


El comentario de Eduardo:

Una amiga publicó en facebook el enlace del vídeo que luego he compartido y me gustó porque llevo un tiempo buscando datos y referencias de una visión distinta de las relaciones hombre-mujer de las que se dan hoy en día como políticamente correctas. Soy trabajador público de la enseñanza y la formación obligatoria que nos han dado sobre la "supuesta igualdad" ha sido un discurso del feminismo más rancio que desde luego nada tiene que ver con la igualdad de oportunidades ni con la no discriminación.

El primer problema que me encuentro es que yo mismo al leer textos sobre estas cuestiones le doy más credibilidad cuando son opiniones de una mujer que la de un hombre. Es todo un síntoma. Que la historia se falsea sobre esta cuestión y otras es para mí evidente. La idea de la defensa de la mujer por el izquierdismo es el paradigma actual y sin embargo es patético ver como ante esta cuestión en el debate electoral están todos de acuerdo.
Ahora los trabajadores públicos tenemos obligación de hacer formaciones sobre estas cuestiones, personalmente me he sentido como cuando en el colegio teníamos la asignatura FEN (formación del espíritu nacional) que la impartían profesores falangistas. Un discurso feminista sin fisuras donde se presenta a la mujer como supervíctima del hombre sin ninguna consideración de contexto económico, cultural, político, social...Creo que esta visión desresponsabiliza y desempodera a las mujeres.  Me parece preocupante esta formación ideologizante en una sociedad supuestamente democrática donde existe la libertad de conciencia: artículo 16 de la constitución

    Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
    Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias

A raíz de esta ideologización obligatoria a la que estamos siendo sometidos trabajadores públicos he intentado recabar información y datos sobre la violencia intrafamiliar y es aquí donde he comprobado que ni en las memorias del poder judicial ni en los datos del INE es posible recabar información veraz que no esté sesgada por el enfoque de "violencia de género". Esta manipulación de los datos es grave además de considerarnos tontos. Sólo disponemos de datos periodísticos.

 En este contexto ha sido gratificante leer vuestro libro con un enfoque distinto a la verdad oficial que intentan imponernos. Agradezco el trabajo que hay detrás de los datos que aportáis donde se vislumbra que también ha existido y existe entre hombres y mujeres un compromiso de desarrollo y enriquecimiento mutuo necesarios para el desarrollo de la vida.

Ya el hermetismo recoge enfoques ancestrales del masculino y femenino como construcciones internas de hombres y mujeres. Y así ha sido en la sabiduría que muchas veces de manera clandestina se ha transmitido en la cultura occidental. Modernamente Freud llega a decir lo mismo y este conocimiento coincide con la cosmovisión oriental ancestral del Tao, el Tantra, Zen, etc. Toda persona tiene su hombre y mujer interior y necesita de ambos para funcionar.

Es verdad que en la sociedad occidental dominante hay una preponderancia de los valores masculinos con independencia del sexo de las personas: importa más el pensar que el sentir, existe demasiada concentración de información y poder, falta empatía, sentido del bien común y de lo que nos une, etc. Para mí es más importante que por ejemplo exista descentralización en la empresa que cuál es el genital del jefe de turno, que como muchas veces se demuestra personas con genitales femeninos funcionan con visiones muy masculinas. El masculino sin el femenino se queda en un masculino neurótico que no sirve y viceversa. Por eso yo creo que necesitamos mayor presencia de los valores femeninos en las personas que formamos nuestra sociedad y eso no se soluciona poniendo personas con genitales femeninos en los puestos de poder y responsabilidad.

Esta es mi visión y tu relato me ayuda a comprender mejor de dónde venimos. Me da la impresión de que en algunos momentos al intentar desmontar el discurso de buenos y malos no dejas espacio para los matices, todo es muy bueno o muy malo al revés de lo que nos han contado. Está bien para sorprender y darnos cuenta de la manipulación, pero sigue siendo incompleto porque sigue siendo una visión de buenos y malos. De lo que fue y de lo que debería haber sido, de lo que es y de lo que debería ser. Nada es completamente bueno ni completamente malo. Lo bueno y lo malo es también una polaridad que se complementa. De lo malo surge lo bueno y de lo bueno lo malo. Existen muchos matices, visiones, relatividades...Necesitamos un enfoque que los integre.

Te animo a seguir trabajando y espero seguir nutriéndome de tus aportaciones. Gracias.
Un abrazo.

Eduardo




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