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Una entrevista para pensar: hacia una erótica de la experiencia

 UNA ENTREVISTA PARA PENSAR:
HACIA UNA ERÓTICA DE LA EXPERIENCIA




Nunca como ahora ha estado lo erótico tan escondido, nunca ha sido tan reprimida la expresión de la realidad de lo sexual. Apenas se habla de la experiencia de la gente común, solo una minoría de extravagantes exponen hábitos (¿reales o fingidos?) referidos a sus usos sexuales, por lo demás la hipocresía reina en este ámbito, se dice lo que se debe en lugar de lo que sucede, todo el mundo copia modelos postizos y esconde sus prácticas verdaderas.
Así lo erótico auténtico vuelve a la clandestinidad o se esconde detrás de una cortina de humo que presenta una imagen falsa, estúpidamente feliz. Lo cierto, por el contrario, es que una parte de los hombres y muchas más mujeres abandonan esa dimensión de la existencia por el sufrimiento que hoy provoca la fusión y la entrega carnal. La asexualidad es creciente.
Las prácticas reales se maquillan para que coincidan con lo que demandan los "científicos" del sexo y la vulgata de quienes deciden la biopolítica pero la verdad reaparece en la forma de angustia y depresión.
Tal vez poner con valentía encima de la mesa algunas experiencias personales nos ayude a ver con naturalidad la diversidad de inclinaciones y prácticas en este terreno. En el pasado el erotismo fue considerado un arte, un arte para el que estamos capacitados todos por el hecho de ser sujetos sexuados pero que hay que cultivar con esfuerzo y creatividad. En "El arte de amar" Ovidio señala que el amor se aprende sin maestros, a través de la propia experiencia.
Me gustó por eso la espontaneidad con que Claudia me contaba algunos detalles de su mundo erótico por correo electrónico después de haberme escuchado decir en alguna intervención pública que sería necesario descorrer el velo de ocultamiento que cubre la realidad del sexo hoy.
Claudia quería compartir conmigo una penetrante observación de su entorno y una experiencia, la propia, bastante diferente a lo que solemos escuchar. De las conversaciones mantenidas por correo y por teléfono he sintetizado lo más original en esta entrevista sin ocultar algunos detalles atrevidos o escabrosos pues sin ellos todo sería una exposición abstracta de intenciones.
La presentaré, Claudia tiene 38 años, cuatro hijos y una vida sexual no sujeta a los cánones convencionales. Su situación económica es bastante holgada, tiene un trabajo con un cargo de responsabilidad en una empresa grande .
Claudia está acostumbrada a tomar decisiones porque bajo su supervisión hay más de 250 personas, se define a sí misma como poco interesada en la política pero sí en estar informada y cultivar su personalidad en todos los terrenos.
No tiene el perfil de una mujer sumisa, ni inculta, ni dependiente y sin embargo sus gustos y sus prácticas pueden parecer asombrosas a muchos.
Dejo aquí la entrevista (en realidad un resumen hecho por mí del largo diálogo mantenido, eso sí, supervisado y aprobado por Claudia).


"El amor se hace duradero gracias al arte"
Ovidio "Ars amatoria"

P.E:  Defínete a grandes rasgos ¿quién eres? ¿porqué consideras importante tu experiencia en el terreno erótico?

Claudia: Tengo cuatro hijos y más de 20 años de vida erótica, la mayor parte de ellos con mi esposo-amante, pero todavía me excito y me electrizo pensando en él a cualquier hora del día, mientras hago cualquier actividad... trabajando, conduciendo, cocinando... la llama está siempre encendida, ni los años ni los hijos han traído el aburrimiento.
Trato con muchas mujeres por mi trabajo y fuera de él y soy consciente de que mi experiencia es muy distinta de la suya.
En el departamento de la empresa en la que trabajo hay 93 mujeres y, aunque yo tengo un cargo de responsabilidad tengo buenas relaciones con casi todas, según mis cálculos solamente 7 tenemos una vida sexual que pueda llamarse buena, es decir, ni siquiera un 8%. La vida erótica de quienes tienen novio no es mejor que la de las que tienen marido y tampoco las superan las que tienen amantes permanentes u ocasionales, cuando son sinceras, todas, salvo ese pequeño porcentaje que he señalado, reconocen la miseria de su vida sexual. Además casi un 25% carecen de sexo con otros, practican la castidad o la satisfacción solitaria; de estas la mayor parte viven para la comida,  los viajes, el consumo o los psicofármacos. Me impresiona también la cantidad de televisión que ven las mujeres, todas, las casadas, las comprometidas, las solteras.... pasan muchísimo tiempo delante de la pantalla viendo sobre todo programas de ficción.
Aunque es difícil demostrarlo tengo la certeza de que mi empresa representa fielmente lo que sucede en la sociedad y que los porcentajes que doy deben medir con bastante acercamiento la realidad de las mujeres en nuestro país. Por eso creo que mi experiencia es importante, porque he conseguido una vida sexual plena con fórmulas que no se atienen a la ortodoxia.


P. E: ¿Cual es el secreto de la plenitud erótica de tu relación?

Claudia: La gente está obsesionada con la idea del orgasmo y reduce toda su búsqueda erótica a ese asunto. Hay un bombardeo permanente, desde la prensa "seria" a las revistas para mujeres, los libros, los profesionales, la televisión... todos reducen el erotismo a buscar los puntos, las posturas, las técnicas... para el orgasmo.
En realidad lo que se ha conseguido es que las mujeres estén tan concentradas en sus genitales y los hombres en los genitales de las mujeres (porque se considera que el triunfo de toda relación sexual es el orgasmo femenino) que lo que debería ser una explosión de pasión y de ardor erótico termina como una sesión de estudio ginecológico.
Intuyo, aunque no puedo dar cifras, que nunca ha sido más escaso que ahora el orgasmo femenino y que esa obsesión ha creado tanta angustia que incluso muchos hombres y no menos mujeres esquivan el encuentro sexual por no pasar el mal rato.
para mí es diferente, nunca me planteo si llegará el orgasmo o si será grande o pequeño, a la altura del clítoris, de la vagina o del útero, simplemente me sumerjo, me dejo arrastrar por el ansia de mi amante. Encuentro la mayor satisfacción erótica en entregarme por completo al ardor masculino, me parece que la plenitud sexual no acaba en el orgasmo físico sino que es mucho más compleja. El deseo, la pasión, es la esencia de toda relación plena. El orgasmo es la parte y, al convertirlo en todo, se ha hecho una obsesión y casi un imposible.  

P. E: Hablas de entrega, no es un concepto muy de moda ¿Crees que la mujer debe ser sumisa en el terreno sexual?

Claudia: Creo que el sexo tiene sus propias reglas, es un espacio especial; hay que comprender las leyes de lo sexual si se quiere llegar a la cima. La gente tiene la idea de que lo que vale para una reunión de negocios vale para un romance pero no es así.
Para encontrar un sexo de calidad sé que necesito rendirme ante el empuje animal del hombre, que no puedo poner obstáculos a su impulso, que tengo que entregarme y no poner condiciones.
En el sexo tiene que haber algo salvaje, no domesticado; no puede ser tan educado y tan suave, yo al menos lo vivo así.
Muchas mujeres no son capaces de ponerse en esta situación porque están acomplejadas o porque llevan una vida muy sometida en otros terrenos. Hay que sentirse muy fuerte y muy segura para elegir libremente esa posición en las relaciones, porque tienes que tener muy claro que fuera de ahí nadie va a dominarte.

P. E. Lo que quieres decir es que este modelo es para mujeres emancipadas, muy autosuficientes ¿es así?

Claudia: Sí, quiero decir que es una elección libre, no una imposición. Yo he tenido el privilegio de realizar con plena libertad mi Yo erótico, de encontrar una persona que no ha malinterpretado mi entrega sexual y que ha entendido siempre los límites de ciertos usos. Es un modelo para mujeres fuertes y libres y para hombres no machistas, sin esas condiciones no puede funcionar.
Además hay que conocer los límites de lo erótico, pero ahora hay una forma muy simplista de entender la vida, se desea una norma para toda ocasión, un protocolo aplicable sin necesidad de pensar. Eso es un desastre. Luego en realidad no se usa una norma única porque la mayor parte de las mujeres son sumisas donde no se debe (por ejemplo con los jefes, eso lo noto yo misma por la posición que ocupo en lo laboral) y levantiscas con los hombres en la cama. Así no es de extrañar que desaparezca la vida erótica.

P. E: ¿Crees entonces que la sexualidad masculina ha de ser cuidada y protegida estableciendo ciertos rituales y formas de estar las mujeres?

Claudia: ¿Cómo se puede pretender que haya ardor y potencia sexual en los hombres si se les acorrala?  Creo que el motivo de la epidemia de disfunciones sexuales masculinas es la falta de comprensión de cómo funciona la sexualidad macho. En realidad el hombre es la parte débil en este terreno, necesita un espacio en el que se sienta seguro porque el miedo es incompatible con la pasión sexual, necesita además hacer un esfuerzo físico considerable que no podrá hacer si está demasiado cansado.
Hay que poner las cosas fáciles si se desea tener amante ardiente que despliegue con fuerza su virilidad, además hay que estimular su pasión, animarle. Por ejemplo, la sexualidad masculina es muy visual por eso ofrecer una imagen atractiva (no atractiva para ir a un evento social sino atractiva sexualmente hablando) atrevida, visualmente lujuriosa, es muy importante.
Muchas mujeres se sienten incómodas si se ven como una puta, sin embargo lo que hace putas a las putas no es su atuendo sino la venta de su cuerpo, la mercantilización de su persona, el vestuario que eligen es simplemente el que saben que atrae a los hombres.
¿Porqué no habríamos de usar las mujeres decentes esos afeites o esa indumentaria para cargar las pilas de nuestro amante? Si yo le espero con tacones altos y ropa sexualmente incitante seguramente su temperatura subirá más que si me encuentra con los rulos puestos ¿no te parece?


P. E: Y además has conseguido la duración ¿cómo se consigue hacer vibrar el deseo durante tanto tiempo? Siempre hemos considerado, con Freud, que la pasión erótica tiene fecha de caducidad  y no puede ser mantenida sino unos pocos años con mucho esfuerzo.

Claudia:  Eso es lo más difícil, yo he elegido ser perfecta y completamente fiel a mi esposo, él, por el contrario, tiene otras relaciones. Supongo que la causa de su ardor sexual es la cantidad de encuentros que consigue, la cantidad de mujeres que tiene alrededor. Yo no sé si podría ser de otra manera, pero lo nuestro es así, y así funciona. Su libertad erótica es la garantía de mi plenitud sexual, ese es el hecho.
Hay otros alicientes. Ahora la gente no aprovecha el lado sexual de los embarazos, se va a hacer un hijo como si fuera un acto médico, todo aséptico e higiénico, pero follar para preñar es el acto más animal, el más pasional y alocado que se puede tener. Tengo cuatro hijos pero he estado embarazada más veces, todas han sido el resultado de momentos pletóricos en el terreno sexual. Ahora nos disponemos al quinto embarazo, después de cuatro niños espero que sea una niña, pero no voy a parar aquí.
Sentir el deseo, sentir el empuje salvaje del sexo es una experiencia que te deja marcada para siempre, luego ya no quieres otra cosa.

P. E: Sientes entonces también la erótica del embarazo y los partos ¿Cómo has vivido esta parte de tu sexualidad?

Claudia: La vida sexual  de las mujeres es en realidad más compleja que la de los hombres, las formas de entrega y rendición al impulso macho es una manera de vivir lo sexual como una fuerza natural, como una necesidad a la que no puedes poner freno, también parir -sin epidural, claro- es así, es un impulso al que no te puedes negar, está determinado, tienes que dejar que suceda, tienes que entregarte a ello. Tengo la sensación de que la epidural se ha impuesto para evitar que las mujeres conozcan esa experiencia tan poderosa que mezcla lo sexual con el amor más perfecto.
Pero, extrayendo su parte estrictamente  erótica, no puedo comprender como tantas mujeres se dejan arrebatar esa experiencia, en algunas ocasiones me gusta rememorar los partos, recordar, como si lo estuviera viviendo de nuevo, esa fase final, el expulsivo, es impresionante que algo que es una experiencia tan breve en el curso de nuestra vida tenga una importancia tan grande y cambie tanto nuestra percepción del mundo.

P. E: Y el sexo tántrico. Ahora se habla mucho de eso  ¿En qué se parece tu práctica a ese modelo?

Claudia: Creo que no se parece en nada. Conozco alguna gente que sigue esa corriente, por lo general se sigue como una moda, nadie está mucho tiempo, aunque muchas continúan defendiendo que es sexo sagrado, el hecho de que no permanezcan en ello refleja que hay algo que no funciona. Para mí lo más llamativo es el desapasionamiento, la falta de deseo, yo  al menos lo viviría como una frustración; esas formas tan blandas, tan desvitalizadas... me parece un sexo triste.
Pero yo lo conozco de segunda mano, tal vez debería hablar alguien que lo conozca por dentro, me puedo equivocar.

P. E: Tu propuesta es rompedora, ahora que todo el mundo va con sus catecismos lo que tu propones no encaja en ninguna teoría al uso ¿podría ser que tu experiencia sea algo solo válido para ti y no realizable a escala social?

Claudia: yo no creo que tenga que haber un modelo único, estoy en contra de todos los catecismos.  Lo mío es el producto de mi vida y de mi experiencia, pero me parece que lo que yo hago es bastante "natural" y que si la gente se dejase llevar por sus impulsos muchas más mujeres y hombres terminarían llegando a cosas parecidas.
Lo lógico es cada uno busque su camino pero hoy los catecismos son la norma, lo que se está imponiendo es la mujer que renuncia a toda sexualidad que no sea la masturbación.
No pretendo estigmatizar la masturbación pero es obvio, para mí al menos, que es el escalón más bajo y más pobre de la sexualidad humana y no la más perfecta consumación del erotismo como se dice ahora. La masturbación y el sexo con aparatos (ahora todo el mundo, hasta las más carcas, han ido a algún tupper-sex) es desde mi punto de vista lo más cercano a la miseria sexual plena. En mi opinión la masturbación representa un acto fisiológico que a mí me cuesta considerar que sea auténticamente un acto de vida erótica, ni siquiera sé si es sexo o un escalón inferior al sexo.

P. E: Una conclusión y un consejo:

Claudia: Una conclusión: no hay que creer en teorías, hay que atreverse a explorar.
Un consejo: soltaros la melena, olvidad todo lo que os han contado, perded el miedo a ser políticamente incorrectas y buscad un macho que os devuelva a la vida. Esto para el sexo porque para el resto de la existencia tenemos que tener proyectos propios e independientes en los que no necesitemos ni ayuda ni protección de nadie. Eso es lo que yo creo.






7 comentarios:

  1. me encanta!!!! qué estimulante!!!enhorabuena Prado!!

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  2. Exactamente lo que vengo sosteniendo desde hace años. Me dejó impresionado tanta honestidad, valentía e inteligencia.

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  3. Te van a poner a parir en el peor sentido...gran entrevista. la tienen que leer muchos hombres como yo, e iluminar a tantas mujeres que lo llevan de suyo, algo tan natural, y nos han castrado...

    Sobre todo la falta de flexibilidad, de complicidad, entendimiento, o sea hablar y hacer se ha perdido el sustrato básico de convivencia sexual, ,del resto, ni hablar, ahora tocan las dietas que estamos en septiembre..patético, pero tragamos porque no hay otro discurso que penetre....nos sentimos amordazados .y muchas lo han adoptado como un discurso natural

    Un abrazo

    Alejandro, alicante

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  4. Me parece muy bien que ella piense y sienta así el sexo... pero no creo que sea cierto eso de que castramos a los hombres... en absoluto. A mí me gusta tanto dominar como ser dominada, y lo siento como algo muy natural...siempre he vivido el sexo sin culpa y con mucha sensibilidad y he tenido amantes de todo tipo: algunos con unas tendencias que se consideran más "femeninas" y otros más "masculinos"... yo misma no me catalogo como una mujer super femenina, soy quien soy y no le pongo etiquetas, no me preocupa en absoluto...No me siento ni muy hembra ni muy macho, me siento sexuada y libre, sin roles... Y sé que los hombres con los que he estado no se han sentido castrados ni mucho menos porque yo haya tomado la iniciativa animal... No sé, me parece estupendo que esta mujer se sienta bien y feliz con su vida sexual y es obvio que hay mucha gente infeliz en general, no solo sexualmente hablando, pero no creo que su fórmula destape ninguna formula natural o animal que no somos capaces de reconocer,,,

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  5. hay tantas experiencias como personas . mi vida sexual ha sido variada y excitante , me gusta que el macho sea macho en la cama ,sentir su ardor de macho y todo eso que explica , y me gusta la variedad ....he tenido muchas parejas algunas más ardientes y más hábiles que otras ,y estoy de acuerdo con ella que el orgasmo a toda costa es un invento estúpido porque es como si solo nos importara del viaje el destino ...pero sobretodo me ha gustado lo el embarazo y el parto. Ya era hora que alguien más (aparte de Casilda Rodrigañez) dijera alto y claro que forman parte de la vida sexual de las mujeres es más: es una parte fundamental ,con lo que llamamos la eterogestación , de la nuestra vida sexual
    toda criatura humana aprende la sensualida y el amor de las entranñas de su madre y el patriarcado ,al cortar esa parte de nuestra sexualidad ,nos ha convertido en madres impostoras, en madres patriarcales.

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  6. Hola,
    me ha gustado mucho la idea de buscar cuál es la realidad erótica de las personas en nuestro entorno, a través de preguntarles y exponerlo y de que sirva de confrontación con lo que el sistema quiere y espera de nosotros.
    Es algo de lo que hablamos poco y si pienso lo que les gusta o disgusta, cómo es su día a día erótico, a personas cercanas a mí, con las que tengo mucha confianza y mucho amor, me doy cuenta de que no tengo ni idea, más allá de episodios puntuales en los que sí se ha podido dar una confesión, pero más bien originada por lo peculiar de la misma, es decir que de lo cotidiano... ni idea.
    Entonces tenemos que creer que el cine, incluso el pornográfico, es lo que pasa en nuestras habitaciones. Sería muy bueno empezar a desvelar que no es así.
    En concreto con Claudia coincido en llevar una larga relación de pareja, en tener hijos muy deseados, y en vivir cada día excitada y pendiente de mi compañero, en no necesitar apenas nada "exterior" para tener "ganas de" con él y en descubrirme muchas veces dejando al lado mi placer físico para disfrutar enormemente de ver el de él. Por otra parte, no tengo noticia de que tenga relación con otras mujeres, pero si lo pienso no es algo que me guste, creo que me provocaría dolor, luego no sé qué haría con ese daño, quizá lo supiera transformar. Y sí soy yo la que ha tenido pequeños escarceos con otros hombres, a los que me llevó el amor y no el sexo, frenados y rotos por no ser capaz de llegar a mucho más por mi convicción interior de que no debo, aunque él nunca supo nada, pero no me hacía falta.
    También al leer la entrevista me pregunto cómo se sentirán las mujeres que quieren ser madres, y también hasta de 5 hijos, pero no tienen ese estatus económico, me he preguntado ¿quién le cuida los hijos a Claudia? porque en este sistema o abusas de abuelos, o dejas de trabajar o bien tienes que ganar para que otros cuiden de ellos. Además he pensado en la incomprensión sobre la experiencia de Claudia que pueden tener las parejas que llevan años buscando tener un hijo y para las que el sexo reproductivo quizá no tenga nada de maravilloso y sí mucho de agobiante y descorazonador.
    Me he extendido más de lo que pensaba, gracias Prado en cualquier caso por tu trabajo, que sigo de cerca. Mucho ánimo también, que te has buscado tareas difíciles.

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